Las historias, reglas y roles familiares que todos andamos arrastrando por la vida sin saberlo y que muchas veces no nos dejan ser y avanzar, tienen un papel fundamental. La presión puede ser tanta que en algún punto… ¡estallamos!
¿Quieres un ejemplo más claro? Después de “pleitos ocultos” y secretos a voces, hace un año Los Duques de Sussex, utilizaron su cuenta de Instagram para comunicar de manera oficial su separación de la familia Real Británica.
Hoy el palacio de Buckingham anunció que el príncipe Harry y Meghan perdieron sus títulos oficiales tras haber confirmado a la reina Isabel II su retirada definitiva de la familia real. La decisión tenía que ser revisada al cabo de un año.
“El duque y la duquesa de Sussex confirmaron a Su Majestad que no volverán a ser miembros activos de la familia real. Tras conversar con el duque, la reina escribió para confirmar que, al renunciar a sus obligaciones vinculadas a su pertenencia a la casa real, no es posible seguir ejerciendo responsabilidades y deberes vinculados con una vida de servicio público”, dice el comunicado.
Por tanto, los títulos serán devueltos y repartidos entre otros miembros de la familia.
¿A QUÉ RENUNCIARON?
Entre los nombramientos militares honorarios que el príncipe devuelve figuran el de capitán general de los Royal Marines, el de la Real Fuerza Aérea de Honington y la Royal Navy Small Ships, así como el patrocinio del Real Teatro Nacional y la Asociación de Universidades de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth) y Meghan Markle perderá títulos de orden caritativo.
Entonces te preguntarás, ¿CÓMO FUNCIONA LA LEALTAD FAMILIAR?
Todos pertenecemos a una familia y cargamos inconscientemente lo que hay en ella. Aunque una persona viva al otro lado del mundo para evitar a su familia, la sigue cargando inconscientemente. Cada familia tiene una memoria en la que se graban las reglas de vida y las historias de cada uno de sus miembros.
Estamos conectados a esta gran “Memoria Familiar” y lo que hay en ella nos lleva a repetir historias y a seguir roles que nos impiden ser quien somos y crear la vida que queremos.
Algunas de estas reglas se dicen y otras, aunque no se hablan, se sienten. Las historias pueden ser secretas, nadie las conoce más que los involucrados, pero TODO, absolutamente todo queda grabado en la “Memoria Familiar”.
Cuando una persona hace lo que quiere pero que va en contra de las reglas familiares se puede sentir muy mal, con una culpa tremenda, aunque sea ilógico. En cambio, si hace algo que va de acuerdo a las reglas de la familia se siente muy bien, como si se sacara un diez, aunque vaya en contra suya.
Por eso, sin darnos cuenta vamos haciendo lo que nuestra familia quiere en lugar de hacer lo que queremos.
Gran parte de lo que está en la “Memoria Familiar” es un misterio y tiene el poder de controlar nuestra vida como si fuéramos títeres guiados por hilos invisibles. Lo peor de todo, es que ni siquiera nos damos cuenta y de tanto luchar contra eso, terminamos enredándonos más. El 80% de los problemas que sufrimos tienen su origen en lo que ocurre en esta “Memoria Familiar”. A veces estamos tan enredados en estos hilos invisibles que creemos que hacemos lo que queremos cuando en realidad estamos haciendo lo que la familia nos manda. Caemos en roles y en historias de los que no podemos salir, aunque nos causan dolor.
Muchas veces sólo cambian los personajes, pero el cuento que vivimos sigue siendo el mismo.
¿Cuál es la solución para zafarte de tu supuesto rol?
Lo primero es identificar qué rol juegas y por qué. Este es un trabajo de introspección en el que tienes que ser muy honesto con tus sentimientos.
¿Y después de reconocer tu rol?
DATE CUENTA A QUIÉN LE ERES LEAL.
Hazte la siguiente pregunta: ¿a quién le gusta que sea así?, ¿quién en mi familia lo hizo así? Lo común es hacerlo por el padre, la madre, las abuelas o los abuelos. Imagina a estas personas (puede ser una sola), contacta tu corazón y di en voz alta: “Por ustedes lo hago. Por ustedes soy (el rol)”.
SIENTE EL AMOR QUE HAY DE TI HACIA TU FAMILIA AL FUNCIONAR EN ESE ROL.
Centra tu atención en el pecho para contactar el amor que hay en tu ser y diles en voz alta: “Por ustedes lo hago. Por ustedes soy (el rol)”.
DIRIGE ESTE AMOR HACIA LO QUE TÚ QUIERES.
Sigue imaginando a estas personas y diles en voz alta: “Por amor a ustedes he repetido la historia y he sido (el rol). Ya es suficiente. Ahora elijo (lo que realmente quieres), aunque sea algo nuevo para mí.” Ahora imagina que te miran con amor y te dan sus bendiciones mientras tú haces lo que quieres.
AGRADECE TODO LO QUE HAS RECIBIDO DE
TU FAMILIA.
“Gracias por darme sus bendiciones y mirarme con amor cuando yo (lo que quieres)”. Este ejercicio es muy efectivo al decir todas las frases en voz alta, hasta que te salgan con el corazón, imaginando a las personas a quienes se las dices con claridad.
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