Casi todos conocemos una de esas parejas que llevan toda la vida y ¡ADEMÁS SE VEN FELICES! Y la verdad es que cualquier persona quisiera tener una relación así, lo que muchos no están dispuestos a hacer es poner el esfuerzo que esto requiere. Si tú quieres un happily ever after, estás consciente del trabajo requerido y vas a echarle todas las ganas sin importar el esfuerzo, sigue estos consejos al pie de la letra para que ni pronuncies la palabra divorcio.
Piensa en cómo sería tu vida sin tu esposo/a
A ver, todas las relaciones pasan por momentos difíciles y todos los cónyuges tienen cosas que nos súper chocan y a veces eso nos hace pensar que tal vez no somos tan compatibles. En esos momentos lo que tienes que hacer es pensar “¿qué pasaría si mañana me despierto y no está mi pioresnada?”. Lo más probable es que no haya forma de que puedas sobrevivir el día, así que siempre por las cosas buenas por encima de las malas. Digo, a menos que te robe dinero y sea un bueno para nada: entonces sí no quieres seguir ahí.
Tengan intereses en común…
Si neta, neta, no comparten NADA, está difícil que duren más de cinco años. Necesitan que les guste el café o las películas de miedo, o salir a correr, o comer cosas extrañas, o viajar a lugares remotos… ¡lo que sea! Pero algo que hagan juntos.
… Pero también dense su espacio
Que no quieran estar pegados todo el día no quiere decir que no se amen. Todo mundo necesita espacio para sí mismo y la codependencia no lleva a nada bueno. Puede ser irte solo al súper o a un viaje por Asia, pero también tiene que ver con tener tu propio trabajo y amigos, para que puedan platicar de algo y seguir sintiéndose interesados uno en el otro.
Sean amigos
Obviamente el lado romántico es importante, pero las cualidades de un amigo como lealtad, diversión, apoyo en las buenas y en las malas también valen oro. A un amigo no lo idealizas tanto como a una pareja ni le pones taaaantas expectativas, más bien se van conociendo y construyendo una relación de camaradería… Y eso es lo que quieres en una pareja.
Ceder, ceder y más ceder
Todas las parejas pelean, quien te diga que no, miente. Pero la mitad del éxito de un matrimonio longevo es saber cuándo “perder” tus batallas y cuándo sí vale la pena pelear. Pero la verdad es que siempre hay un punto medio al que todos quieren llegar. De verdad, ponte a pensar si apretar mal la pasta de dientes es algo por lo que sacrificarías tu relación.
Que todo sea una date
Parece que nos contradecimos pero quienes tengan hijos entenderán lo difícil que es tener una cita real con cena y en tacones. Por eso hay que tomar cualquier oportunidad para platicar y ver cómo se siente el otro. ¿Van a ir al súper? No saquen el cel de la bolsa y platiquen de cómo les fue en la semana. O si piden algo de cenar a la casa, así sean unos taquitos o una pizza, siéntense en una mesa, coman en platos, tómense una copita y hablen. Aquí entra una subcategoría, que es al menos una vez al día comer juntos sin pantallas enfrente, es un buen momento para platicar.
EL CHISTE DEL MATRIMONIO ES CONVERTIRSE EN UN EQUIPO Y NO TENER QUE ENFRENTAR SOLO LOS TRAGOS AMARGOS
El contacto físico es clave
A veces al vernos diario (en especial los que seguimos confinados) se nos olvida darle al otro un beso de buenas noches o un abrazo por ayudarte a algo, y todas nuestras parejas milenarias aseguran que es básico mostrar afecto de forma física.
Acuerdos financieros
¿Qué quieren en cuanto a dinero a largo plazo? ¿Van a juntarlo o cada uno pagará algo? Todos los matrimonios largos (y felices) han tenido conversaciones sinceras sobre la lana, porque a largo plazo el mayor problema es ese. Eld inero es una de las principales causas de divorcio
Saber reírse
A veces, bueno, casi siempre, las cosas no salen como las planeamos y enojarse no soluciona nada. En general es importante saber reírse de uno mismo, pero dentro de una pareja y si quieren tener hijos, todavía más. Porque, ¿de qué otra forma, que no sea el humor, se supera que tu primogénito te haga pipí en la cara?
Vivir el presente
Sí, es padrísimo pensar “cuando nos casemos” o “cuando tengamos hijos” o “cuando por fin nos jubilemos”, pero si te la vives así, no disfrutas el momento. Incluso si están viviendo con los suegros porque están ahorrando para un enganche o si sus planes cambiaron porque #2020, todo es aprendizaje que los hará crecer como pareja.
La paciencia es buena ciencia
Otro de los básicos para que dure la cosa es ser súuuper paciente y tolerante. Y aunque tú pienses que eres un amor, también el otro necesita ser paciente con tus cositas.
Decidan aaaantes de la boda
Si crees que cuando se casen va a querer ir a mil fiestas porque te ama, cuando ahorita prefiere quedarse viendo películas, estás equivocado. La gente no cambia, entonces desde antes piensa en qué vas a ceder y qué de plano es un dealbreaker. No vas a convencer a nadie de tener hijos o de que te mantenga si desde un principio dijo que no, entonces ahórrate la pena.
Pide perdón
Pero de a devis. Esto les va a ayudar a tener un vínculo fuerte, no cabe el orgullo cuando uno se equivoca o lastima al otro. Un básico en la vida, pero más en el matrimonio.
Ser un equipo
Quizá esto sea lo más importante de todo: una vez que se unen, están juntos y literalmente, en las buenas y en las malas, como un equipo. Está bien que cada quien tenga sus broncas y demás, pero el chiste de una pareja es apoyarse para salir de cualquier bache.
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