¿Te ha pasado que vas a una cena con tus amigos, se sienta el amigo de un amigo (un extraño prácticamente) al lado de ti y pasas toda la noche jijijí jajajá como si se conocieran de toda la vida? Esto solo es el resultado químico de la suma de varios factores interpersonales que se pueden presentar solo en ciertos momentos.
El clic se da básicamete por esto:
Vulnerabilidad: Ese clic aparece cuando bajas la guardia y dejas de aparentar ser perfecto. Te abres lo suficiente como para lograr conectar con otra persona desde una postura de no saber, no ser experto en nada, no querer aparentar, ni quedar bien.
Proximidad: Literalmente pasa si estás compartiendo con alguien el mismo espacio y si en ese espacio estás abierto a construir una conexión con la gente que está ahí. Esa conexión que quieres no va a pasar si nomás hablan por WhatssApp y no se ven ¡Grábatelo!
Resonancia: Es cuando estamos en la misma sintonía que el otro. Pero ¿qué es? Es cuado hay una conexión más profunda porque están atravesando una etapa de la vida parecida, comparten una perspectiva parecida de lo que quieren en el presente y en el futuro.
Similitud: Esto es compartir una misma experiencia, tener cierto interés en común, una actividad, un libro, correr, bailar, meditar, nadar o ser experto enviando memes, algo que los une. Justo es aquí cuando haces el clic y la relación empieza a fluir.
Ambiente: Estás en un espacio en el que están superando desafíos o adversidades juntos, ya sea de una manera pequeña (aprendiendo sobre nuevos alimentos) o de una manera grande (caminando por un pasaje de montaña aislado juntos).
Con información de Psychology Today
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