Señales de que están listos
- Los dos quieren: si uno quiere y el otro no, bye, olvídenlo. Si tú vives solo y lo quieres, perfecto, pero es solo tuyo, si viven juntos está más difícil, van a necesitar tener una plática muuuy larga
- Quieren una mascota, no un bebé: un perro o un gato no sirven como prueba de si van a ser buenos padres o no. Y mucho menos si cuando nazca el bebé humano piensan olvidarse del “de prueba”
- Su relación es estable: cuando llevas dos meses con tu novio sientes que es el amor de tu vida y nunca se van a separar, pero la realidad es que no sabes qué va a pasar y no es justo que un gato o perro sufran porque tú pensaste que este sí era el bueno
Si ya pasaron la primera prueba, ahora que están cien por ciento de acuerdo es hora de pensar en otras cosas que son también muy pero muy importantes.
Ya que eligieron su mascota ideal, van a tener que tomar una decisión cero divertida: quién va a hacer qué. Porque obviamente ya hicieron su research de todo lo que implica la mascota, ¿no? Entonces, hay que hacer una lista de tareas (como darle de comer, levantar las caquitas, pasearlo, bañarlo, llevarlo al vet, etc.) y dividirlas entre ustedes. Si no viven juntos pues ya sabes a quién le va a tocar lo más choncho. Y si sí cohabitan pero se la pasan peleando por a quién le toca lavar los platos y no se ponen de acuerdo, puede que no estén listos para el siguiente paso.
Y por último viene lo más difícil. La custodia si es que llegan a separarse. Sí, aunque duela, tienen que estar preparados para eso y mejor decidir desde ahorita que pelearse como locos si llega a pasar. Hay dos opciones. La primera es que uno de los dos se quede a la mascota tiempo completo y el otro pues… se friega. Esto suele ser mejor si vivían separados y la mascota vivía solo con uno.
La segunda opción es que compartan la custodia y pase unos días con uno y otros con el otro, siempre y cuando tengan horarios específicos y estén de acuerdo en otros temas importantes como lo que come y a qué doctor lo llevan. Pero por más difícil que sea para los humanos, la realidad es que PARA EL PERRO O GATO, lo mejor es quedarse en un solo lugar, estar yendo y viniendo les hace mucho daño emocionalmente. En realidad, por más doloroso que sea, lo mejor sería que se quede en una casa y diga adiós al otro dueño.
Sabemos que suena como que estamos tratando de arruinarles algo muy emocionante, pero tenemos que pensar en las mascotas casi como en un hijo y tener en cuenta todo lo que pueden sufrir si los papás no los pelan o se separan. Recuerden que tanto un gato como un perro necesitan tiempo, dinero y mucho amor, así que prepárense bien antes de dar ese paso tan importante.
Además de pensar en todo lo anterior y como resumen, háganse estas 10 preguntas antes de tomar la decisión:
- ¿Tenemos eventos importantes próximamente? (un bebé, la boda de tu hermana en Timbuctú, una renovación de la casa)
- ¿Tenemos alergias o alguien muy cercano a nosotros tiene?
- ¿Cómo son nuestros horarios?
- ¿Qué tanto necesitamos o planeamos viajar? ¿Quién nos podría ayudar a cuidarlo?
- ¿Cómo andan nuestras finanzas?
- ¿Cuáles serán las reglas innegociables? (puede dormir en nuestra cama, no puede entrar a la oficina, lo encerramos a la hora de comer)
- ¿Qué tan a futuro vemos esta relación?
- ¿Qué expectativas tenemos de la llegada de esta mascota?
- ¿Cómo creemos que nos va a cambiar como pareja?
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