Cómo tener amistades sanas sin olvidarte de ti

Todos nos hemos sentido agotados en alguna ocasión. Las demandas, expectativas y obligaciones de la vida pueden hacer que nos sintamos cansados. Ser un buen amigo, además de todo lo demás que pasa en nuestra vida, puede parecer una batalla cuesta arriba cuando te quedas sin energía. Pero, según los expertos, ni tú, ni tus amistades tienen por qué sufrir: hay formas en las que puede estar ahí para tu gente sin dejar de cuidar de ti mismo. Te compartimos algunos consejos para que logres tener amistades sanas sin olvidarte de ti.

1. Límites: Lo más importante en cualquier relación es poner límites, debes ser abierto con tus amigos, y personas cercanas sobre cómo te estás sintiendo, al platicar con ellos no solo sentirás que te quitas un peso de encima; sino que ellos también entenderán por lo que estás pasando y pueden apoyarte. Incluso, si consideras que lo mejor para ti es dar un paso atrás en la relación, para poder ser mejor en el futuro, tus amigos lo entenderán y estarán ahí para ti. 
2. Pon intención en tus acciones sociales: Existen ciertas situaciones sociales a las que todos hemos ido, aunque no quisiéramos ir, y únicamente regresamos a casa sintiéndonos peor. Es por ello que debes preguntarte ¿qué circunstancias o eventos merecen tu energía emocional? Los límites sanos incluyen priorizar lo que es importante y compromete tu presencia, tiempo y energía. 
3. Apoya a tus amigos con acciones pequeñas: Los grandes gestos siempre son apreciados, sin embargo, los pequeños son los que hacen toda la diferencia. Aunque a veces tu tiempo y energía pueden ser limitados, el amor nunca lo es. Con la simple acción de dejar que un amigo se desahogue sin esperar un regaño, o si no hablan seguido escribirle para saber como está, es más que suficiente.
4. Encuentra un grupo de personas con los mismos hobbies que tú: Esto no significa que vas a cambiar y abandonar a tus amigos actuales. Pero es muy bueno poder tener un grupo de personas con quienes puedes conectar porque les unen los mismos valores, visiones o propósitos, pues muchas veces con los grupos de amigos no son exactamente los mismos. 
5. Ábrete a la posibilidad de recibir ayuda: Muchas veces creemos que todo el peso de la relación recae sobre uno mismo, y que solo tú debes cuidar de ti y del otro. Pero debes recordar que las relaciones más sanas siempre son recíprocas. Así que sé abierto sobre los problemas que estás teniendo actualmente con tus amigos, y habla sobre cómo te gustaría que te apoyaran, ¡lo harán como tú lo harías por ellos!

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