lunes, 22 de enero de 2018

Comiéndonos las emociones

Castigarnos por tener sobrepeso y tratarnos como delincuentes

  • Nos hemos comprado, sin siquiera cuestionarlo, la idea de que no tener el cuerpo “ideal” es equiparable a haber cometido un asesinato y nos tratamos literal como si fuéramos delincuentes.
  • ¿Qué clase de vida es esa? ¿A qué nos lleva? A sentirnos indeseables, culpables, no merecedores, avergonzados y justamente estar vibrando ahí, hace que se repitan situaciones que nos confirmen lo terribles que somos. NO ES TENER SOBREPESO LO QUE NOS HACE SENTIR MAL, ES TRATARNOS COMO NOS TRATAMOS LO QUE LASTIMA TANTO.
  • Ejemplo: Hacerte literal la ley del hielo con frases como: Ni me hables que con esa panza, no tienes derecho a pedirme nada.

Poner en pausa nuestra vida hasta que logremos el peso ideal

  • La espera en la que nos colocamos esperando que llegue el momento ideal, el peso ideal, el amor ideal, es un lugar muy complejo, como de libertad condicional, en el que nosotros mismos nos negamos a vivir intensamente.

Ejemplo:

  • No hacer cosas que te gusten hasta que bajes de peso
  • No comprarte algo lindo hasta que bajes de peso
  • No ir al gimnasio hasta que no se te vean las pompas como las de JLO

Restringirnos y/o tomar medidas drásticas

  • ¿Saben cuál es la reacción de nuestro sistema a la restricción? LA COMPULSIÓN.
  • La compulsión es una compensación por algo que sentimos nos han quitado. Y esto sucede a nivel corporal, mental y emocional.
  • Cada dieta nos recuerda las restricciones que hemos vivido y aunque en un principio nos “empodera”, en realidad sólo vamos acumulando más y más carencia, lo que desencadenara en una compulsión a la que seguro culparemos de no poder bajar de peso, sin tomar conciencia que lo que nos lo está impidiendo es la restricción.

Ejemplo:

  • Imponerte ayunos
  • Obligarte a no comer por periodos prolongados de tiempo
  • Hacerte promesas radicales como: No vuelvo a probar ni un gramo de azúcar

Seguir haciendo dietas

  • Llevar una dieta estricta es el factor de riesgo más importante para desarrollar algún trastorno de conducta alimentaria.
  • Las mujeres que se someten a dietas estrictas aumentan 18 veces sus probabilidades de desarrollar un trastorno de la alimentación.
  • Cinco años después de hacer una dieta la mayoría de las personas recuperan el peso que perdieron. 40% de ellos, ganan inlcuso más. (Dr. Alfredo Zuñiga especialista en trastornos de la conducta alimentaria)
  • Estudios de larga duración, muestran que las niñas que hacen dietas en sus primeros años de adolescencia, son tres veces más vulnerables a tener sobrepeso en los siguientes 5 años.
  • La dieta es uno de los principales factores que hace a la gente vulnerable a las ingestas compulsivas. Reducir la tendencia a hacer régimen es uno de los objetivos de la mayoría de los tratamientos.

Tenemos tantas ataduras al hecho de hacer dietas

  • Para muchos han sido la única forma conocida de lograr la “perfección”.
  • Dejar de hacer dietas para la mayoría significa abandonar esa lucha, abandonar la posibilidad, rendirse y decirle a la comida: Ganaste, tú mandas, ahora acábame.
  • Dejar las dietas por el contrario, implica tomar la decisión más importante quizá de nuestra vida:

Recuperar el derecho de reconocer nuestro valor

  • Dejar las dietas no es comer todo el día sin control.
  • Dejar las dietas es el compromiso más grande contigo mismo en el que te comprometes a no comer si no tienes hambre física, a escuchar tus necesidades y atenderlas.
  • Dejar las dietas es iniciar un romance contigo, uno en el que lo más importante es que esa a quien amas este bien, este nutrida en todos sentidos.
  • Dejar de hacer dietas es dejar de privarte de lo que sientes.
  • Dejar de hacer dietas es atreverte a apostarte a ti.
  • Dejar de hacer dietas es aceptar tu hambre tal cual es y atenderla en todo sentido, es decirte palabras de aliento, es ponerte y poner límites asertivos, es amarte incondicionalmente, es mover tu cuerpo porque lo amas y necesitas probárselo.

Idealizar a la delgadez y satanizar a la gordura

  • Le hemos puesto tanto valor a la delgadez y tanta exigencia. Que entonces, es como si fuéramos a ser otra persona diferente a la que somos e inconscientemente, tememos perdernos, tememos no poder ser ésa que nos prometimos que “tenemos que ser” cuando adelgacemos.

Ejemplo:

  • Estar convencida de que la delgadez tiene poderes mágicos
  • Admirar profundamente a las personas delgadas
  • Anular a las personas con sobrepeso

Poner la meta en la báscula y no en el bienestar

  • La báscula hoy en día se ha vuelto el desafío más anhelado. Conquistarla se ha vuelto más valiosos que cualquier otra cosa. Sus números nos aterran o nos subliman. ¿Merece que le demos tanto poder?

Ejemplo:

  • Pesarte todos los días
  • Basar tu estado de ánimo en lo que dice la báscula

PROPUESTAS

  • Colócate en la misma vibración de tu deseo. Si buscas aceptación, comienza por aceptarte.
  • Trátate y actúa como si ya tuvieras el cuerpo que deseas
  • Disfruta ya de las actividades que te has negado a realizar por esperar a que la báscula te diera permiso de hacerlas.
  • Re plantea tus necesidades reales
  • Sigue las 4 guías de alimentación consciente: Come por hambre estomacal. Come con atención plena, gozo, gusto y placer. Come lo que te de bienestar. Come hasta estar satisfecho.


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