Uno confía hasta que ya no confía, y uno es confiable hasta que deja de serlo.
Normalmente confiamos en personas que actúan conforme a lo que se espera de ellas. Y también, por las expectativas personales. Es una decisión, consciente e inconsciente, que nos ayuda a convivir y a tranquilizarnos acerca de la conducta futura de una persona (de la cual no tenemos ni certeza absoluta, ni control alguno sobre su voluntad).
La confianza se basa en la necesidad de tener certezas, ¿en quién confías 100%? ¿hay alguien? o ¿quién es la persona en la que más confías?
Una persona que no confía en nadie, no sería una persona confiable. Y la confianza se pierde cuando una persona hace lo contrario a lo que se había o estaba esperando de ella:
- Que nosotros no le seamos tan valiosos a esa persona como lo es ella para nosotros.
- Que sus valores no estén a la par de los nuestros.
- Pero es poco probable que nos relacionemos de manera íntima con alguien que sea tan dispar a nosotros en reciprocidad y/o en valores (una persona sana no confía plenamente en otra de la noche a la mañana).
- Entonces hace su aparición en escena otra causa menos evidente, pero más poderosa que es la que lleva a actuar de manera inesperada a una persona ante ciertas circunstancias: el miedo.
La relación del miedo y confianza es cómo reacciona ante el miedo la persona en la que queremos confiar. Saber cómo una persona reacciona cuando esté asustada, es un factor crítico para el éxito de una relación.
Cuando tienes miedo, tienes una gran necesidad de consuelo o apoyo. Si la reacción de tu pareja ante su propio miedo no es buscar soporte, sino huir, guardar silencio o aislarse, seguramente su reacción ante tu miedo será la misma que él tiene para el suyo, dejándote sola/o cuando más le necesitabas. La otra persona tiene un gran miedo; tú una gran necesidad. Tu persigues o suplicas, el otro huye y te da la espalda.
Para saber si la persona que amas tiene una reacción adecuada al miedo, hazte estas cuatro preguntas
- ¿Esta persona tiene amigos cercanos en los que puede confiar para buscar ayuda cuando tiene problemas?
- ¿Si le pido apoyo, se comporta de manera solidaria y empática?
- ¿Si le pregunto por errores o problemas que vivió en el pasado, su respuesta me deja saber que acudió a alguien en busca de apoyo para afrontarlos o los vivió en soledad?
- ¿Si le pregunto por sus éxitos y logros, comparte el crédito de ellos con alguien más o deja ver que todo lo ha logrado solo y sin la ayuda de nadie?
Estas preguntas son un buen punto de partida para valorar cómo tú, u otra persona, reaccionan ante tiempos difíciles. Te da una idea de lo que puedes esperar y el nivel de confianza que puedes tener en esa persona.
Si alguien no comparte sus miedos, tristezas y alegrías, no esperes que lo haga con los tuyos cuando más lo necesites.
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