Si te mandaron al caño ayer es normal, pero si han pasado seis meses y no sabes ni qué día es, ¡aguas!
Hay una infinidad de estudios sobre el tema de las rupturas, y el género sí interviene enormemente en la manera en la que reaccionamos. Por ejemplo, la Universidad de Baltimore descubrió que, tras las rupturas de relaciones de al menos cuatro años, las mujeres tienden a volverse más extrovertidas y dispuestas a experimentar, como un efecto liberador del rompimiento de la relación. Los hombres, por el contrario, se vuelven emocionalmente menos estables y viven la ruptura como algo profundamente desmoralizante. Pero otro estudio en Alemania señala efectos similares en ambos sexos, como una vida social menos activa al perder al grupo común de amigos y un aumento de la independencia y sensación de libertad por no tener que atender la relación de pareja.
Lo cierto es que, aunque podemos compartir las mismas ideas, emociones y opiniones de otra persona, aun con la que compartimos la cama nunca podremos experimentar la interioridad del otro. Esa individualidad es la que nos permite recomponernos tras una ruptura y convertirnos más en nosotros mismos.
Señales de que algo no anda bien
– Tu primer pensamiento al despertar es esa persona. Y te dura todo el día.
– Has dejado de tener contacto con las amistades que tenían en común.
– Piensas que nunca en la vida te vas a volver a enamorar.
– Tu after breakup makeover pasó de un corte de pelo a los 13 tatuajes que llevas en un mes.
– La frase “el alcohol todo lo cura” es tu nuevo mantra. Y lo sigues al pie de la letra. A veces diario.
– No te quedan los jeans: o te atascas de helado o le haces al faquir porque no te da hambre.
Una pareja es un sistema y la forma en que te conduces en ella es una característica única. No eres con nadie más como eres con tu amor, y eso depende de cada amor. Pero si no sabes ni quién eres o si tu dependencia emocional es fuerte, acabas corriendo a la siguiente pareja porque no tienes idea de cómo comportarte. Se parece taaanto al amor, pero no siempre es eso, lo más probable es que sea dependencia emocional.
No somos personalidades estáticas, somos proceso y parte de ese proceso se refuerza cuando estamos en pareja. La fusión con otra persona es un hecho poderoso, casi un éxtasis agobiante. Y esa fusión muchas, pero muchas veces fracasa. Lo que sigue es la separación, y esa separación involucra diferenciación.
Es complicado ser el mismo después de una relación de pareja significativa, en la que se generaron rutinas individuales y compartidas. Cuando truenan, seguramente vas a ser una persona diferente, pero esto no tiene que ser algo negativo.
YA SUPÉRALO
La percepción reducida de ti mismo es una de las principales causas del dolor a la hora de la ruptura. Los hechos científicos lo comprueban: qué tanto te aceptas y quieres a ti mismo al momento de un cortón sirve para predecir tu grado de sufrimiento emocional y lo que vas a tardar en recuperarte del dramón. O sea, el problema surge si hasta cuando te preguntan qué edad tienes le tienes que preguntar al otro, lo mismo si nunca eliges la película cuando van al cine o “te da igual” dónde cenar. Así, es un hecho que la vas a pasar no mal, pésimo, si la cosa termina. Esta interdependencia provoca que el proceso de autoreestructuración tome para algunos unas semanas, pero para otros, meses o incluso años. Claro que la confusión en el autoconcepto no es la única fuente de dolor, los sentimientos de rechazo también hacen mucho, pero mucho daño.
No te saltes el duelo, mejor llora todo lo que tengas que llorar y prepárate para aprender de la crisis, pero también para conocerte a ti mismo. Así, a la próxima no se te va la personalidad cuando cortas.
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