1. Deja de jugar a la familia muégano. Espacios de silencio y entretenimientos individuales también facilitan que la cercanía y el intercambio de los miembros de la familia sea elegido y no impuesto. Respeta la distancia física y emocional que cada uno necesita para crecer. -Tere Díaz
2. Los juegos de poder son las formas que usamos para controlar, dominar y tomar la mejor posición, son las maneras en las que buscamos tener la razón y sentirnos bien, las formas en las que juzgamos a otros o peleamos con otros porque nos sentimos demasiado amenazados para mostrarnos vulnerables, ¡déjalos atrás! -Aura Medina
3. La obsesión de siempre querer tener la razón es insufrible para los demás. Y solo demuestra una necesidad constante de reforzar tu autoestima. -Aura Medina
4. Deja de proyectarte. A veces duele mucho aceptar que estamos enojados con alguna vivencia de la infancia, entonces proyectamos esos sentimientos en una pareja que, sin deberla ni temerla, se convierte en el malo. Si te parece que todas tus parejas “son iguales”, quizá es hora de mirarte en un espejo a ver que encuentras. -Mario Guerra
5. No creas que la pareja debe aguantar todo. Tu pareja NO es tu padre o madre, si ellos te aguantaron berrinches y malos comportamientos, problema de ellos, pero la pareja no tiene por qué hacerlo. No la des por sentado. -Aura Medina
6. Pensar que el otro es una extensión de ti mismo (o viceversa). Eso de “somos uno mismo” podrá sonar muy bien en una canción, pero en la vida real no funciona. Cada uno necesita desarrollar su individualidad y no colgarse de la vida del otro. -Aura Medina
7. Cuando “aguantas lo que sea” con la esperanza de que “un día cambie” las cosas no suelen salir bien. Los límites no solo son sanos, sino necesarios en toda relación buena y duradera. ¡Habla! -Mario Guerra
8. Deja de sobreproteger a tus hijos o a tu pareja o hasta a tus papás. Querer que no sufran, querer que no se cansen, querer que no se aburran, termina siendo, no solo una falta de respeto, sino una forma de “querer” que debilita a los demás.
9. Deja de disfrazar tus necesidades e intereses con rollos que amenazan, culpan, comparan, victimizan, moralizan, y al final hartan y lastiman. Di lo que necesitas y deja de fastidiar con tus discursos inoperantes. -Tere Díaz
10. No hagas de tu familia tu único proyecto de vida. Si no tienes otras áreas, además de la familiar, que te den pasión, motivación e incluso, remuneración, tarde o temprano le cobrarás a los demás el haber invertido la mayor parte de tu energía en ellos.
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