La mayoría de las veces, cuando queremos disciplinar, acabamos en los extremos, entonces somos o tenemos un papá héroe o uno villano. Estas dos modalidades al final dejan una huella de un papá herido en el interior. ¿Qué pasa en la vida de un hombre y de una mujer que tienen este papá herido en su interior y cómo darle la vuelta? Y es que efectivamente el dolor de nuestra vida siempre está muy relacionado con los padres y hay que aprender a mirar estos temas permitiéndonos reconocer lo que nos pasa, porque claro que nos duele, nos mueve cosas interiores muy profundas, y hay que validar los sentimientos que despierta el padre herido en tu interior y sanarlo para poder sanarnos a nosotros mismos.
Es cultural, pero no es a fuerza
Y es que tenemos que tener muy presente que en una cultura como la nuestra, el papá suele tener un rol tan ausente, tan proveedor, tan limitado y castrado de sus emociones que, sin quererlo, acaba creando heridas en nosotros. ¿Cómo comunica un padre un vínculo, cómo comunica un padre una presencia? ¿Lo comunica a través de su afecto, a través del permiso que se da a sí mismo de demostrar sus sentimientos? Somos pocos los que hemos escuchado a nuestro padre decir “te quiero, me conmueve cómo eres, me siento orgulloso de i”. ¿Cómo nos afecta eso a la larga?
Cuántos papás hoy en día todavía están cancelados en su derecho y en su permiso de demostrar vulnerabilidad, creo que el papá es de verdad un tema profundísimo, porque la mamá es la reina de los temas de los libros, de los sentimientos del amor de los hijos y el papá es el progenitor olvidado. Encontrar el material para que ellos busquen ayuda es complicado, el papá necesita recuperar un lugar porque los hijos no son propiedad de la madre, el papá tiene toda la capacidad para vincularse, para comunicar sus afectos, para estar cercano y entonces es algo que necesita aprender.
Los papás son personas
A veces se nos olvida que los papás (así como las mamás) tuvieron una vida, eran personas antes de que naciéramos nosotros, antes de que ellos fueran papás. Los papás tienen, además de dolor, como modelo un padre que seguramente fue más tóxico que él, situaciones emocionales que no tenían el derecho de resolver. Y es que imagínate, si hoy en día los papás al estar en un festival del Día del Padre, no se saben conmover, al estar en un logro de sus hijos no saben mostrar sus sentimientos, ustedes imagínense lo castrados que estaban los papás de ellos. Esto es en realidad una herencia de dolor que se va pasando.
Para poder entender por qué tu papá te hizo daño, necesitas dejar de pensar en que si tu papá fue un desgraciado, estuvo ausente, fue duro o fue rígido. El asunto ya no tiene que ver con el papá biológico, sino con el papá psicológico, el papá emocional, el papá de tu interior y es al que te tienes que aventar un clavado para investigarlo como hombre. Nuestros papás son el resultado de los suyos, de su historia, porque muchas veces somos bien prontos a juzgar con poca información y si indagas un poco a lo mejor entenderás por qué tu papá fue quien es. No se trata de justificar nada, se trata de entender para poder acomodar y sanar al padre de tu interior, porque cuando tú te colocas en una posición juzgadora sigues siendo ese niño, cuando te colocas en una posición adulta, entonces buscar entender a ese ser humano, y no a ese papá idealizado.
Hay que aprender, como hombre y como mujer a trabajar con el papá herido de nuestro interior y aprender a alimentar las partes vulnerables, las partes necesitadas del interior. Hay que cambiar esos paradigmas, en verdad yo aplaudo y celebro hoy a los hombres que se dan el permiso de mostrar sus emociones, de ser vulnerables, de ser íntimos, de amar, de estar presentes, de educar, de jugársela por sus hijos. Hoy los vemos mucho más que presentes y realmente merecen un reconocimiento porque ellos están jugando un modelo de padres presentes, y amorosos, que seguramente y que muy difícilmente tienen, porque realmente muchos hombre están creando esos modelos de la nada.
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