A mí que no me digan, los únicos mandilones son esos hombres que le tienen pánico a sus parejas, no los que las apoyan para hacer equitativa la relación.
No sé a ustedes, pero a mí sí me pone dos rayitas más allá de bien molesto, que aun haya gente que mal mire a los hombres que deciden echarles la mano a sus parejas para hacer equipo en las labores de la casa. Los hombres de hoy, sabemos lavar nuestros calzones y no se nos bate el arroz ¿Cómo ven?
De acuerdo con una encuesta realizada en el 2015 por la empresa de investigación De la Riva, en México uno de cada 10 hombres dejaría de trabajar para convertirse en amos de casa si sus parejas ganarán lo suficiente para ambos. También destaca que por lo general estos hombres andan entre los 30 y 50 años de edad, cuentan con educación media o media-superior, son desempleados o con trabajos flexibles y con hijos. Mientras que datos del INEGI, dan cuenta de que en nuestro país existen 1.6 millones de hogares en los que el hombre es el amo de casa.
Por su parte, la revista Forbes, destacó el año pasado que un tercio de las 187 mujeres más poderosas del mundo están casadas con hombres que se quedan en casa mientras ellas se dedican a hacer dinero. Si les digo, el chiste es organizarse.
Aunque los resultados de un sondeo aplicado por el Gabinete de Comunicación Estratégica, dejó claro que para el 50.2% de los mexicanos, un hombre que se convierte en amo de casa no es socialmente aceptado por ser considerado mandilón o poco “hombre”.
Eso sí, estudios de la Universidad de Alberta, en Canadá, dejaron claro que los hombres que le entran sin broncas a las labores del hogar, también tienen relaciones sexuales más satisfactorias y frecuentes que los que piensan que si lavan un plato van a dejar de ser “hombres”, además de crear un vínculo más íntimo con sus parejas. Así que cuando vean a su novio o esposo recogiendo la casa es porque algo quiere.
Y no crean que en las relaciones gays nos salvamos de las críticas gandallas por decidir lavar ropa o trapear pisos; porque eso sí, cuando se trata de juzgar a un “mandilón”, hasta las mujeres se vuelven machistas. En una ocasión, una vecina que se percató de que por lo general soy yo el que cocina y el que anda limpiando el departamento, agarró y me dijo: “Que bueno que se hayan acoplado tan bien. Tú como la mujer y él como el hombre” ¿A poco no es para encabronarse?
Aunque con todo y todo, aun los verdaderos mandilones, esos que aflojan u ofrecen las claves de sus redes sociales a sus parejas para que puedan tenerlos bien monitoreados y recibir tremendo escándalo de pulseras si se atreven a darle like a la foto de alguien más; créanlo o no, hasta esos son secretamente felices. O al menos esa es la conclusión a la que llegó un grupo de investigadores de la Universidad de Charles, en Praga, que luego de analizar a 240 parejas heterosexuales (todas ellas de origen europeo), determinaron que las relaciones más estables son aquellas en las que la mujer asume el rol dominante, ya que cuando ambos luchan por el mismo nivel de poder, es cuando surgen las broncas derivadas de la competencia, y según esto, las féminas valoran muchísimo que sean ellos los que cedan el control absoluto de la relación. Pues cada quien ¿no?
Termina su columna y se pone a hacer la cena.
from RevistaMoi http://ift.tt/2fy6Fk3
via IFTTT Compartido de: www.revistamoi.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario