Esos bichos, particularmente bacterias, que viven por dentro y por fuera de nosotros y a quienes rara vez les agradecemos algo, son esenciales para mantener nuestra salud mental, digestiva, epidérmica, entre otras. Y parece que también podrían ser nuestros aliados en tratamientos de inmunoterapia contra el cáncer.
La inmunoterapia es un tratamiento que estimula al propio sistema inmune de una persona para que éste luche contra el cáncer. Es como pagarle a las células inmunes una suscripción al gimnasio con entrenador y comprarles todo el equipo necesario. Sin embargo, como bien sabemos, no siempre ni con suscripción pagada al gimnasio se logra hacer ejercicio. Algo así pasa también con la inmunoterapia. Los pacientes que responden a estos tratamientos son muy pocos, pero en estos pocos los resultados llegan a ser sorprendentes, pues incluso le ganan al cáncer terminal.
Y aquí es donde entra el microbioma, en un papel de algo así como el “empujón”. En dos recientes estudios se observó que pacientes con cáncer que tenían microbiomas “sanos” (con mucha diversidad de bacterias) respondían mucho mejor a la inmunoterapia que pacientes con el mismo tipo de cáncer pero con microbiomas menos saludables. Estos microbiomas no tan sanos estaban relacionados con una menor diversidad de bacterias por el uso de antibióticos.
Los estudios no se quedaron ahí. Después de esas observaciones, hicieron un trasplante fecal de los pacientes a ratones (o sea pasaron una muestra de las bacterias intestinales de las personas a los ratones), y vieron cómo los ratones respondían a la inmunoterapia. Como esperaban, a los ratones con trasplantes de microbiomas sanos la inmunoterapia les funcionó mucho mejor que a los ratones con trasplantes de microbiomas poco diversos.
Aun no se sabe exactamente cómo el microbioma intestinal ayuda al sistema inmune, en particular a la inmunidad antitumoral, pero estos dos estudios muestran la importancia de tener una visión sobre la salud y la enfermedad mucho más sistémica que la tradicional: nuestro bienestar depende no sólo de las células y órganos humanos, sino también de esos bichos que tienen por casa a nuestro cuerpo.
O en otras palabras, para tener éxito en el gimnasio no sólo se necesita pagarlo, se necesita también el empujón de algunos amigos.
Referencias:
Gut microbiome modulates response to anti–PD-1 immunotherapy in melanoma patients
Gut microbiome influences efficacy of PD-1–based immunotherapy against epithelial tumors
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