La “incompatibilidad financiera” está presente en mayor o menor grado en todas las relaciones de pareja y esos problemas de dinero pueden llegar a ser los causantes de fracturas importantes dentro de una relación.
Estas situaciones no se complican por falta de pesos, sino porque canalizan en ese ámbito conflictos de respeto, control, roles de pareja y visiones o actitudes muy distintas ante la vida.
¡No te preocupes!, no es tan difícil modificar las dinámicas económicas de una relación siempre y cuando ambos integrantes pongan interés y empeño para lograrlo.
Estrategias para compartir victorias
No existen soluciones universales. Lo que le funcionó a algún amigo o familiar tal vez no les funcione a ustedes. Cada pareja es diferente y necesitan conocer su situación monetaria para tomar decisiones.
Actúen antes de la crisis. Los ánimos desgastados no llevan a ninguna parte, por eso es mejor hablar del tema y no esperar a que estalle una crisis financiera.
Pidan sólo lo que puedan dar. Piensen, cada uno por separado, sobre sus metas individuales y sus límites en cuanto al dinero. De esta forma cada uno sabrá qué puede pedir o esperar del otro.
Mantengan la comunicación. Utilicen su espacio no sólo para tratar problemas económicos, sino también para elaborar:
– Metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo
– Un presupuesto con prioridades de gasto y metas de ahorro
– Estrategias de inversión
– Planes de seguros y testamentos
Renueven sus planes. Adapten sus planes y reglas según las situaciones o pruebas a las que se tengan que enfrentar
Sean visionarios. El dicho común es cierto: cuando la pobreza entra por la puerta, el amor escapa por la ventana. Procuren tener una cuenta de ahorro que les permita enfrentar y resolver cualquier tipo de imprevisto
Asignen las responsabilidades. Definan que papel tendrá cada quien sobre el manejo del dinero en casa. Con esto evitarán conflictos por olvidar o duplicar responsabilidades
Tengan un espacio de gasto individual. Manejen una cantidad de dinero personal del que no tengan que rendirle cuentas uno al otro. Independientemente de quién sea el que gana el dinero, es sano que cada uno cuente con su individualidad
Eviten los secretos. Mantener secretos con la pareja respecto a gastos o cuentas puede arruinar no sólo las finanzas de la familia, sino la confianza que existe entre ambos
Si en algún momento enfrentan problemas emocionales o de dinero en su relación, acudan con las personas especializadas como psicólogos, asesores financieros, notarios o agentes de seguros.
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