martes, 25 de febrero de 2020

Contradependencia o el miedo a depender de otros

Estas personas, las de la contradependecia, le huyen a la intimidad; creen que pueden llegar a perderse en su pareja si se enamoran y se convencen de que no necesitan a nadie para ser felices. Su principal mecanismo de defensa: la negación.

La creencia principal que sustenta este comportamiento es que van a sufrir otra vez, como les ha pasado. Los contradependientes se alejan del amor y perciben la cercanía con los demás como amenazadora: “entre más se acerquen, más probable es que me lastimen”.

Uno pensaría que viven aislados, pero al contrario, suelen ser el alma de la fiesta; a todo el mundo le caen bien y tienen muchas relaciones que no son ni profundas, ni duraderas, ni significativas; más bien son superficiales, poco auténticas y se van más por lo sexual que otra cosa.

Muchas veces creen que nada más no encuentran a la persona correcta y por eso están solos, pero es porque, inconscientemente, ellos mismos buscan personas inaccesibles, poco compatibles, con las que en el fondo saben que no va a funcionar. Si la cosa se llegara a poner seria, comprometedora, se sienten atrapados. Como le temen al abandono y al rechazo, se van primero ellos, interpretando las acciones de los otros de manera negativa, huyendo del conflicto y creyendo que siempre los decepcionarán, por lo que no pueden confiar en nadie.

Irónicamente, los contradependientes dependen de los defectos de los demás. Tienden a magnificar los errores ajenos para así justificar su alejamiento porque “nadie les llega”. Ojo: todos menos ellos son responsable de sus fracasos, tristezas y desilusiones.

Por supuesto, al pensar así desarrollan una grandiosidad y juran que nadie es suficiente. Son poco flexibles y rígidos, con un nivel de autocrítica elevado, son duros con ellos mismos y con los demás.

 

ESPEJITO, ESPEJITO

¿Qué creían, que los contradependientes no son dependientes? ¡Error! Lo que estas personas buscan es justamente ocultar su dependencia profunda detrás de una máscara de independencia absoluta. Es más, a veces pasa que un contradependiente se siente atraído por un codependiente. Pues claro, si vas a bajar la guardia que sea con alguien que te va a necesitar y no te va a querer dejar nunca. Perooo, como la codependencia y la contradependencia giran en torno a la necesidad de otros, ya sea que se desee o se evite, no es raro que las personas en una relación basada en la dependencia cambien de roles.

Los contradependientes parecen ser personas súper fuertes, pero sufren de mucha ansiedad y se empujan al límite para rendir al nivel más alto que puedan. Ven pedir ayuda como ser una persona vulnerable, y esto no es opción, entonces se la pasan tratando de demostrarle a los demás que pueden ir por la vida sin ayuda de nadie. El problema viene cuando el codependiente toca fondo y decide abandonar al contradependiente. Como está acostumbrado a tener el control, se convierte en el necesitado y entra en pánico, buscando nuevamente la atención del otro, y así pueden pasarse años jugando al gato y al ratón.

INDEPENDENCIA

La independencia comprendida correctamente es una gran virtud por ser la afirmación de la identidad personal. Y para llegar a ella hay que ser conscientes de que cada quien es responsable de su propia vida; de que se pueden tomar decisiones; y no depender de que otras personas te valoren para sentirte bien, porque sabes que vales por quien eres. El ser interdependientes implica que somos libres, que aceptamos a los demás sin esperar que satisfagan nuestras necesidades, sabiendo que nosotros podemos cuidarnos y hacernos cargo de nuestra vida.

La autoestima es fundamental para lograr una independencia y posteriormente una interdependencia. Si la persona se siente sola, no se ama ni se respeta, no siente que merece ser amada y sus relaciones estarán llenas de inseguridades y dependencias.

¿Y AHORA QUÉ HAGO?

Entendamos algo, TANTO LA INDEPENDENCIA COMO LA DEPENDENCIA PUEDEN SER JAULAS.

Si te identificas como contradependiente, reconoce que necesitas ayuda psicológica, no emprendas más retos de los que puedes manejar. Utiliza tu nivel de ansiedad como indicador. Explora e intenta recordar lo que sentías cuando eras niño. Este niño tiene miedo, debes escucharlo. Haz a un lado tu soberbia, contacta tu humildad y trata de pedir ayuda (aunque sea en cosas del día a día).



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