miércoles, 19 de febrero de 2020

Dime cómo gastas y te diré quién eres

La pregunta es, ¿por qué nos amargamos la vida con algo que debería facilitarla? Así como hay que diagnosticar primero la enfermedad para poder curarla, hay que identificar nuestro modelo de gastos para corregirlo.

PIRÓMANO

En cuanto le llega el dinero a las manos, se lo chuta, como si tuviera miedo de que desapareciera, se puede gastar en pocos días lo que debería durarle todo el mes.
Señas particulares:
-Gasta de forma compulsiva porque el dinero “le quema las manos”
-Después de derrocharlo se arrepiente de haber comprado de forma irreflexiva, porque se te fue en pura tontería y nunca le alcanza para sus gastos.
¿Qué oculta? Insatisfacción en uno o varios aspectos de su vida, por eso necesita una “compensación” por hacer algo que no le gusta. Quema el dinero en lo innecesario y luego le falta para lo necesario.
Sálvate: lleva un papelito en tu cartera con estas preguntas y respóndelas antes de pasar tu tarjeta o soltar tus billetes, ¿lo necesito?, ¿me alcanza?, ¿voy a usarlo?, ¿realmente vale la pena? Cuando la respuesta a cualquiera de ellas sea “no”, mejor pasa porque lo único que traerá son más deudas, culpabilidad, arrepentimiento, estrés o depresión.

DESPRENDIDO

Entrega lo que tiene y hasta lo que no a los demás.
Señas particulares:
-Constantemente hace favores que le acaban costando dinero y tiempo (aunque no le sobren ninguno de los dos)
-Trata de convertirse en indispensable para asegurar el cariño. Es el típico que, en una cena en grupo, se escapa al baño para pagar la cuenta y quedar como el héroe de la noche, pero muchas veces genera comodidad porque los demás se sienten en deuda.
¿Qué oculta? Busca comprar el amor que le faltó en la infancia. Regala el dinero, lo cual no solo le provoca problemas financieros, sino que también vicia y destruye sus relaciones.
Sálvate: no ofrezcas nada antes de que te lo pida. Si dejamos de anticiparnos, nos ahorraremos las donaciones y préstamos no imprescindibles. Renuncia a ser héroe. Hazle caso al sentido común, sobre todo si no te están pidiendo las cosas, ¡no te luzcas! Ni aunque te sobre lana.

POBRECITO

La padece aquel que pudiendo ganar dinero con su talento prefiere permaneces pobre y puro, en lugar de ser un “vendido”
Señas particulares:
-Se priva de la prosperidad no dejando que el dinero fluya hacia él
-Le huye a cualquier medio que pueda mejorar su nivel de vida porque implicaría “traicionarse”. Es el que sabiendo que si pide un aumento de sueldo, se lo darían, prefiere callar y esperar a que se lo ofrezcan.
¿Qué oculta? Detrás de lo que a veces se trata como modestia y desapego, en realidad hay un mensaje negativo hacia sí mismo: que no merece más de lo que ya tiene. Evita el dinero y deja que personas de menos talento se hagan cargo de él.
Sálvate: el primer paso es trabajar la seguridad en ti mismo para saber que querer tener más no es malo y que lo mereces. Aprende a recibir. La próxima vez que te digan un cumplido o te regalen algo acéptalo y da las gracias. No necesitas contestar nada o quitarle importancia, pero sí repetirte que te mereces eso que te están diciendo o dando.

HORMIGUITA

Tiene una obsesión enferma por acumular dinero. En el extremo patológico estaría el avaro
Señas particulares:
-Acumular es su fin en sí mismo y almacena el dinero como si fuera un bien escaso. La función de sus ahorros no es mejorar su vida, sino ser un parche contra el miedo.
-Limita todo lo posible las salidas, incluso pasando incomodidades y privaciones innecesarias. Se autoimpone austeridad y ahorro, por eso vive en una situación de frecuente carestía y angustia (aunque tenga dinero)
¿Qué oculta? Miedo a la pérdida y al no estar preparado para cuando “algo” pase. Lo acumula, pero es como si no lo tuviera, porque no sabe disfrutarlo.
Sálvate: una ve que te llegue dinero y hayas hecho repartición de gastos, aparta 10% en un sobre llamado “diezmo de disfrute” y, así como eres de cumplido en tu ahorro, gástalo una vez a la semana en algo que te dé felicidad, lleva a tu familia al cine o sal a cenar con tu pareja. Empieza a disfrutar sin remordimiento.

NEBULOSO

Prefiere no ocuparse del dinero y vivir en la ignorancia, ya sea por despreocupación o por aversión a él
Señas particulares:
-Ignora el dinero como si no existiera, o como si fuera un mal con el que hay que vivir
– Cede la gestión y el control de sus recursos a otra persona, muchas veces a la pareja, los padres o representantes
-No sabe lo que tiene en la cuenta hasta que, cuando hay que afrontar una crisis o un divorcio, se encuentra que todos los recursos que confió a otra persona, desaparecieron
¿Qué oculta? Una gran inseguridad de tomar decisiones sobre algo que no conoce o no domina. Falta de madurez e independencia. Permite que otros controlen lo que es suyo hasta que deja de ser suyo.
Sálvate: deja de huir. Agenda un día para hablar de dinero con tu pareja o con la persona que gestiona tus finanzas. Escoge un lugar donde te sientas cómodo, Velo como una cita en la que harán una radiografía de tu situación financiera y en donde conocerás cómo se siente la otra persona llevando tus finanzas, quizá descubras que le resulta pesado y pongas manos a la obra.

 

 



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