jueves, 18 de mayo de 2017

Orgasmos mentales: otra forma de sentir placer

Los científicos llevan años estudiando los secretos del placer. Para ello se han creado juguetes sexuales, geles que intensifican las sensaciones, pastillas “mágicas” y libros con posturas que podrían hacer sudar a cualquier gimnasta. Pero un elemento que hacía falta analizar no está en el entorno, en los estimulantes externos ni en los accesorios, sino en la mente.

Es un hecho que a los sexólogos les intriga el orgasmo femenino. Éste puede ser múltiple, puede ser provocado por una actividad física deportiva, dura más tiempo que el de los hombres y, según afirman muchas mujeres, puede presentarse con el simple hecho de pensarlo, sin necesidad de que haya algún tipo de contacto físico o estimulación externa. Esto último refiere a una técnica desarrollada desde la década de 1980 y se conoce con el término de orgasmo mental o thinking off, como lo llaman comúnmente en Estados Unidos.

Según las imágenes de escáner por medio de las cuales han estudiado lo que sucede en el cerebro al momento de alcanzar el orgasmo, los centros de placer de las mujeres que alcanzan un orgasmo mental se activan exactamente en la misma manera en que sucede al llegar al orgasmo a través de otras actividades más convencionales. Entonces, esto indica que el orgasmo mental no es un orgasmo “de mentira” o fingido, sino completamente real e intenso. De hecho, se ha comprobado que estos mismos centros de placer no se activan cuando una mujer finge llegar al orgasmo.

Más allá de la evidente ventaja de tener un orgasmo a voluntad, algunos otros aciertos de los orgasmos mentales que los expertos en sexo han detectado son, por ejemplo, el hecho de permitir a las mujeres sentirse más en control de su sexualidad o poder liberarse de las complicaciones de las relaciones para concentrarse únicamente en su goce.

También, son una buena noticia para el más de 40% de mujeres que tiene dificultad para llegar al orgasmo e incluso para personas con lesiones de columna u otros tipos de discapacidad similares.

Lograrlo lleva un poco de práctica, sobre todo porque requiere de calma y bastante concentración, un requisito crucial es hacerlo sin culpa para poder fantasear libremente. Además, no todas llegan a un orgasmo mental con las mismas técnicas. Hay quienes trabajan en su respiración, mientras que otras usan su imaginación para pensarse en situaciones eróticas a la vez que hacen ejercicios del piso pélvico. Unas más incluso lo consiguen recordando escenas románticas con su pareja, por lo que no hay límite ni entorno exclusivo para alcanzar un orgasmo mental y disfrutar. El punto está en desarrollar otra zona erógena en el cuerpo más allá de los genitales.

De hecho, una vez que se logra, puede dar lugar no solo a una práctica placentera sino saludable, ya que el orgasmo puede duplicar el ritmo cardíaco, reducir la sensibilidad al dolor, incrementar el flujo de sangre al cerebro, disminuir la ansiedad y aumentar la sensación de bienestar y felicidad, con lo cual, en algunos casos, incluso se puede reducir la necesidad de tomar antidepresivos.



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