miércoles, 13 de diciembre de 2017

Romance a la Godín

Recuerdo el día que llegué a la recepción del lugar en donde trabajaba y ahí estaba este hombre de casi dos metros de altura, moreno, pelo corto y con una voz súper varonil registrándose en la entrada. Pensé: -Wow! ¡Es el hombre más guapo que he visto!-. Me gustó tanto que me detuve por unos momentos a mirarlo con los ojos muy abiertos mientras él se registraba. Para mi gran  sorpresa (casi susto), era mi nuevo compañero de trabajo y cuando me lo presentaron yo solo sentí que las mejillas se me enrojecían. A partir de ahí, intenté que nunca se notara esa atracción y me convertí en la persona más seria y formal frente a sus ojos.  Trataba de evadir sentarme a su lado en las juntas, le hablaba con monosílabos y prefería mandarle mails a hablarle en persona. ¡Qué estrés y que tensión trabajar con él!

¿Algo de esto te suena familiar? ¿Has sentido atracción por algún compañero, jefe, jefa, proveedor o cliente y no has sabido que hacer con esa sensación?

Me gusta…pero me asusta

Vivimos en una cultura en donde no se habla directamente de la atracción física o sexual que podemos sentir hacia los demás, por el contrario la censuramos o no hablamos directamente de ella. ¿Alguna vez te pasó que experimentaste atracción por alguien y la consecuencia fue sentirte demasiado vulnerable o incluso avergonzado o humillado? Probablemente sí.

Desde muy pequeños hemos escuchado muchas frases que nos advierten de lo malo, peligroso, complicado o amenazante que es sentir que alguien nos atrae:

  • date a desear,
  • si se da cuenta de que te gusta se va a aprovechar,
  • es de ojo alegre
  • si coqueteas en el trabajo nadie te va a tomar en serio
  • el hombre es fuego y la mujer estopa, viene el diablo y le sopla
  • si te gustan muchos hombres van a pensar que eres ligera de cascos

Estas frases nos invitan a reprimir nuestras sensaciones, incluso a creer que lo que sentimos es inapropiado o traerá a nuestra vida consecuencias desastrosas.

Haz una pausa en esta lectura para hacer una lista de las  frases matadoras que te han marcado a cerca de la atracción física. ¿Quién te las dijo? ¿Para qué te las dijo? Y las preguntas más importante: ¿Te sirven? ¿Te hacen sentido? ¿Coinciden con tu propia visión del mundo y de la vida?

La atracción física es una experiencia que sucede en el cuerpo, se siente en el cuerpo y se vive en el cuerpo, la atracción física tiene que ver con nuestra sexualidad, y esta palabra tiene mucha carga negativa tanto social como culturalmente. ¿Cómo es posible que vayamos a trabajar siendo seres sexuales y sintientes? Pues sí, somos seres sexuales, nuestra sexualidad se ve expresada en todo lo que hacemos, en las formas en que nos vestimos, en como hablamos y gesticulamos y  en cómo nos relacionamos con la gente.

Acéptala… no la ignores

Te tengo una noticia….si sientes atracción por alguien en la oficina  es porque ¡estás vivo! Así que te invito a sentir esas mariposas en el estómago, esa emoción, ese cosquilleo en el cuerpo, siente como respiras al pensar en fulanito. ¡Siente, siente, siente, porque esa es energía tuya! Y si pones atención tal vez atracción no sea lo único que sientas, puede que se acompañe de otras emociones como vulnerabilidad, emoción, vergüenza, tristeza (Cuando es algo imposible), conflicto, etc.

Ojo, dije siéntela, no ve y declárale tu amor al susodicho (o susodicha). Acepta esto que te está pasando y repite para ti: “Me gusta (pon el nombre del godín de tus ojos)” y repítelo varias veces.

Aceptar lo que sentimos es tocar una realidad, y no solo eso, nos da una posibilidad de hacernos responsables de nuestros sentimientos. ¿A poco no suena bien? La atracción no es algo incontrolable que viene de afuera, es algo nos sucede dentro, de manera personal y que se despierta ante el otro. La ventaja de hacernos responsables es justamente la posibilidad de hacer algo con eso. ¿Así que… que quieres hacer con esta atracción? ¿Lo que quieres hacer te conviene en tu trabajo? ¿Puede ser algo bueno para ti? Lo que sentimos no es en sí peligroso, lo que se torna peligroso es lo que hacemos con lo que sentimos.

Bueno, tal vez ese consejo que dice no hay que meterse con la nómina no sea del todo malo, sin embargo pasamos tantas horas en la oficina que realmente es difícil no sentir nada absolutamente nada por nuestros compañeros de trabajo. De hecho, un alto porcentaje de los matrimonios surgen de interrelaciones laborales.

¡Úsala a tu favor!

Atracciónmotivaciónestímuloseducciónfascinación…Todas estas sensaciones al mismo tiempo

¿Qué hacer con todo este coktail de emociones? Te propongo algo raro… si, es raro, pero funciona

Impulso para conquistar…el mundo

Vístete como si la/o fueras a ver todos los días, elige tu ropa para tener una presencia impecable antes sus ojos.  Incluye esta energía de la conquista en tu guardarropa, en tu forma de caminar, en tus modales y hazte presente.

Muéstrate… pero antes Prepárate!

Aprovecha esa energía de seducción para prepararte.  Preparaba tus presentaciones, tus ideas, tus propuestas de forma tal que cuando las expongas, luzcan impecables, brillantes, con argumento.  Para ello te propongo que dediques tiempo para organizarte y planear tus próximos pasos.  Incorpora el hábito de estar listo/a anticipadamente.

Admira tus propias posibilidades

¿Qué pasaría si te miraras con la misma fascinación con que lo/la miras?

¿Creerías más en ti?

¿Te sentirías más creativo/a? ¿Más valiente?

¿Tu postura corporal estaría más expandida?

Si sientes creatividad, valentía y expansión es porque las tienes! ¡Úsalas y apóyate en ellas para desarrollar todo tu potencial!

 

 



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