Después de meses en dating apps, ofrecimientos de amigos, coqueteos de oficina, por fin, ¡por fin! lograste conseguir una cita con alguien. No es casado, no vive con sus papás, no le huele la boca, ¡aleluya! Ahora viene la ansiedad pre cita. No te hagas, que bien que estás dándole vueltas a qué ponerte, si hacerte o no el chistosito o pedir lo más caro de la carta (spoiler alert: don’t).
Es súper normal ponerte nervioso, y no eres el único. El miedo de que alguien te rechace, de pasártela mal, de que te humillen, puede ser muy abrumador. Pero no necesitas fingir que tu mamá está muy enferma pa’ librarte, sino aceptar que las malas citas del pasado son simplemente aprendizajes y que no hay nada malo contigo. Y muy importante, si te la estás pasando mal, piensa en tres cosas: 1) TODO PASA, 2) tendrás historias de risa para el café con tus amigos y 3) SIEMPRE será mejor haber hecho el esfuerzo.
La realidad es que una primera cita sí te dice mucho de cómo sería una relación con esa persona. Por eso te damos las herramientas para que la aproveches al máximo y, si vale la pena, consigas una segunda cita.
Location, location, location
El lugar donde se vean sienta las bases de la cita. A menos que sepas qué le gusta y qué detesta, lo mejor es buscar un lugar neutral, relajado. No quieres llegar por ella de traje para ir a un restaurante carísimo y que ella traiga tenis. Así no se preocupan por cuánto va a costar o qué tenedor es el correcto para el pescado. El chiste es conocerse, no impresionarse. El cine tampoco es la mejor idea , a menos que quieras que te avienten palomitas porque no te callas. En un cafecito o un bar, si todo es horrible, no necesitas esperar a que se acabe el postrecito para irte. Pero si todo va bien, no hay problema de estar seis horas y media platicando.
Adiós presión
No es nada más que una cita. Sí, va a ser raro al principio, pero no es de vida o muerte. No finjas ser algo que no eres, en ningún sentido: si te choca andar en tacones, ve con tus tenis;si nunca te rasuras, ¿por qué hoy sí?; ¿detestas el cine de arte?, no vayas a la Cineteca. Una primera cita es para que veas si tienen cosas en común. ¿Cómo lo vas a descubrir si te la pasas fingiendo?, ¿a poco te gustaría que el otro hiciera eso y luego descubras que no come carne cuando tú amas un buen corte? No es un buen inicio.
Pero tómatelo en serio
¿Irías a una entrevista de trabajo sin saber nada del puesto ni de la empresa? Obvio no (si tu respuesta es sí, te urge la #moiDiOro). Es casi lo mismo. No es que tengas que stalkear a toda su familia en Facebook ni llegar de traje sastre y con portafolios. El chiste es que demuestres que te interesa y que estás dispuesto a hacer un esfuerzo. Sí importa. También te puede ayudar tener un ritual pre cita para prepararte físic ay mentalmente y llegar al cien, no sudando al salir del metro. Además, invertir tiempo en ti demuestra amor propio y ya sabes que eso es lo mejor para atraer el amor.
La plática amena
Si tienes un poquito de ansiedad social o solo eres muy penoso, la peor parte es tratar de hacer conversación. Pero los psicólogos han descubierto que la peor idea es caer en lugares comunes, hablar del clima o hacer chistes que sabes que son malos. Piedes empezar con “dónde trabajas”, pero es más importante lo que digas después. Las preguntas que sigan a eso pueden hacer que la cita sea un éxito o un absoluto fracaso. Lo más importante aquí es la reciprocidad de preguntar, contestar con más que monosílabos, volver a preguntar, contar una historia, eso hace que la conversación fluya y no parezca interrogatorio.
Aprende de tu pasado
Si te ha ido súuuuper mal, pon atención a lo que más repites en tus citas, puede que ahí encuentres el error. Igual y has sido grosero con los meseros o hablas demasiado de ti mismo. Es muy importante siempre ofrecer algo, no solo esperar que te den. No se trata de autoflagelarte, pero analizar tus citas infernales del pasado te puede dar pistas de dónde estás fallando. No vayas a cambiar tu forma de ser por completo -a menos que seas un total asshole que necesita rehabilitarse-, el chiste es corregir conductas que, seguramente, también te están dañando en otras áreas, no solo en el amor.
Entiende que no hay match perfecto
No es necesario tener los mismo hobbies y el mismo color favorito para tener una segunda cita. Cuando compartes valores y prioridades, da lo mismo si a ti te gusta Rocío Dúrcal y al otro heavy metal. No se trata de palomear una lista que traes ahí medio escondida ni de hacer preguntas de vida o muerte cuando llevan dos minutos de conocerse. Esto es apenas una primera cita para ver si se llevan bien y puede salir algo más, no para ver si su gusto en cortinas es el mismo ni apartar la iglesia para el bautizo de su primogénito.
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