martes, 5 de marzo de 2019

¿Estás repitiendo conductas de tu infancia en tu relación?

Lo que viviste de chavito tiene mucho que ver con el tipo de amores que vas a elegir. ¡Calma! Esto no significa que si tu historial amoroso es catastrófico siempre será así. Repetimos patrones, pero mientras más consciente seas de ellos y la forma en que te impactan, puedes elegir relaciones más constructivas.

No hay duda de que todo amor es un amor antiguo, y con esto me refiero no necesariamente a la experiencia con una pareja previa (aunque también) sino a nuestra historia de vida temprana: el tipo de relación con nuestros padres, cómo lidiamos con el enojo, el rechazo, el amor y la intimidad de chiquitos y el tipo de apego que desarrollamos de pequeños, son factores que influyen en nuestras elecciones amorosas. Reconocer nuestros patrones de conducta en pareja nos ayuda a no repetir el pasado.

¿Cuál te suena familiar?

Pedestal: no amas al otro por lo que es sino por la imagen ideal que has construido. Habla más de una necesidad de que el “otro· te dé seguridad, admiración y estatus que de una relación igualitaria.

Amo y sirviente: uno de los dos somete al otro. Esto, en el mejor de los casos, genera una lucha de poder que dificulta la intimidad.

Mártir: uno se sacrifica completamente por el otro y trata de servirlo. El otro, ¿cómo puede enojarse con quien hace todo por él? El mártir es otra modalidad del manipulador y controlador.

Dependencia: encargarle al otro tu necesidad de ayuda, consejo y acompañamiento limita y cansa y, cuando alguien trata de sacudirse la carga, se desestabiliza la relación.

Amarrada: es común en las parejas muy convencionales. No hay expresión de amor pero el compromiso se sostiene por razones de conveniencia, por miedo a la soledad o por no perder la vida “familiar”.

Sofocante: queda explicada con frases como “tú y yo somos uno mismo”. Da una sensación temporal de totalidad pero al final es asfixia.

DIME TU PASADO Y TE DIRÉ QUÉ PATRÓN REPITES

Ausente -> Nunca llenas el vacío, te sientes solo todo el tiempo.
Controlador -> Dices cómo, cuándo y de qué manera hacer las cosas o tu pareja te lo dice a ti.
Crítico -> Eres muy exigente y tienes expectativas casi imposibles de ti mismo.
Sobreprotector -> Quieres resolver tanto la vida de los demás que acabas por anularlos.
Violento -> Te defiendes aunque no te ataquen, desconfías aunque no te den razones, agredes aunque no te provoquen.
Alcohólico -> Eres incapaz de hacerte cargo de ti mismo y necesitas que tu pareja resuelva tu vida.
Víctima -> Necesitas que alguien te rescate y se convierta en el héroe de tu vida.



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