Por: Edilberto Peña
Justo ayer tenía enfrente a un paciente que me venía a buscar para encontrar “la cura mágica” para el dolor de la separación. Él es un hombre en los cuarentas, arquitecto, exitoso, bien parecido, culto y muy bien cuidado físicamente, que desde hace mes y medio había terminado su relación de pareja y había pasado por dos etapas: la primera, después de la ruptura con insomnio, sueño interrumpido, pesadillas, intranquilidad, falta de atención y concentración, tristeza, melancolía, abandonó el ejercicio y dejó de hacer muchas cosas que le gustaban.
Mejoró a puro “valor mexicano” para entrar en una etapa de tranquilidad y paz, hasta que hace una semana y media, haciendo el clásico stalkeo en Facebook, vio que su ex ya estaba saliendo con alguien más.
El malestar volvió, la opresión en el pecho, el pensamiento obsesivo de si alguna vez alguien lo iba a querer de nuevo. Estaba seguro de que terminar con esa relación era la mejor decisión, que no era la mujer para él, que el dolor iba a pasar con los días, pero me suplicaba: “por favor doctor dame algo que pueda hacer que me tranquilice y que no levante el teléfono para llamarle y verla de nuevo”.
Lo que pasa cuando nos enamoramos y rompemos es muy cercano a lo que pasa cuando somos adictos a una droga y de un día para otro la dejamos.
Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el amor? Anatómicamente los circuitos de recompensa están ligados al sistema límbico. Esto quiere decir que cada vez que tu peor es nada te habla bonito, o lo hueles, o lo ves, inlfuye en este sistema de integración emocional autonómica haciendo que el sistema de recompensa se encienda y aparecen desde una ligera alegría hasta un intenso placer y euforia, que influyen en la liberación de hormonas y neurotransmisores. En pocas palabrabas, es como si te hubieras metido una droga, altera tu comportamiento.
¿Por qué nos duele?
Estar enamorado vuelve loco al sistema de recompensa, es por esto que cuando le decimos al sistema límbico y al de recompensa, que ya no va a haber más dosis frecuentes de la persona amada, las respuestas sean justo las de una gran crisis emocional… pero también física. El cerebro no distingue entre un dolor físico real y uno emocional.
CRAVING
La traducción del diccionario de la palabra craving es antojo, anhelo, ansias o hasta encapricharse por algo. En lenguaje médico se utiliza para describir la desesperación y la búsqueda con necesidad que experimentan los adictos a alguna sustancia durante los periodos agudos y más difíciles de la abstinencia a su droga.
Y así se siente:
Te duele todo, no duermes, no te hallas, tienes náuseas, un hueco en el estómago, te pesa la cabeza, ojos llorosos y no tienes hambre.
LA SOLUCIÓN
Para enfrentar el craving del amor:
- Busca a tus amigos y apóyate en ellos.
- Corre, baila, brinca. La actividad física libera endorfinas que te harán sentir mejor.
- Borrar a tu ex de Facebook y demás redes sociales (nada de stalkeo)
- La ruptura es una tragedia, se vale llorar todo lo que quieras
- Olvídate de la “fantasía” de cerrar círculos (la relación ya se terminó)
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