Las relaciones de pareja sanas suelen iniciar como una historia de amor maravillosa donde todo es color rosa. Pero con el tiempo, la rutina y la fase de conocimiento profundo pueden comenzar algunas dinámicas que afectan la sana convivencia.
Estas dinámicas, de no identificarse y manejarse adecuadamente, pueden crear profundas grietas en la pareja. La “adrenalina” en una relación puede entenderse como la tendencia –muchas veces inconsciente– que tiene uno o ambos miembros de llevarse al límite de ciertas situaciones con el fin de generar intensidad, pasión o drama.
¿Cuáles son esas situaciones?
Celos
Muchas parejas buscan mantener o renovar el interés provocando celos. Se convierte en una reafirmación constante de lo importante que se es para el otro, dar “picones”, hacer comentarios inocentes y fingir demencia son algunas de las acciones que echan leña a la hoguera de los celos.
Negativo: Los celos fuera de control pueden provocar arranques violentos de uno o ambos integrantes de la pareja, van minando la confianza y sembrando rencor y resentimiento.
Positivo: Son un componente que reafirma el amor e interés que se tienen los integrantes de la pareja, un poco de celos nos demuestra lo importantes que somos el uno para el otro.
Cuchillito de Palo
La broma constante y la persistencia del humor suelen presentarse en parejas que además antes de la fase romántica tuvieron una relación de amistad, normalmente se presenta como haciendo bromas descaradas o incluso pesadas entre sí.
Negativo: Una broma, como cualquier otra cosa, tiene sus límites, cuando una pareja olvida que los matices de la relación romántica suponen la empatía constante pueden llegar a provocar heridas emocionales difíciles de sanar.
Positivo: Poder reírse de sí mismos, hacerse bromas sin cruzar la línea del respeto y recibirlas sin sentirse afectados muestra un nivel de conocimiento y comprensión profundo además de nutrir la amistad de la pareja que es uno de los componentes principales para que la relación perdure.
Presión o impulso
Hay parejas que eligen momentos o fechas determinadas para presionar o presionarse mutuamente. Si bien a veces se generan situaciones incómodas o discusiones, muchas veces son acciones o temas que terminan impulsando el crecimiento del otro integrante y por ende de la pareja.
Negativo: Puede convertirse en una forma de manipulación constante sin tomar en cuenta los sentimientos del otro, cuando es así en la relación se ve comprometida la empatía y el respeto, provocando fuertes discusiones cargadas de resentimiento.
Positivo: Efectivamente puede convertirse en una forma de impulsar a la persona que amamos para alcanzar las metas que no ha considerado o cree que son imposibles, puede mostrar plena confianza en la capacidad del otro y así mismo ser una forma de apoyo.
¿Identificas algo así en tu relación?
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