miércoles, 12 de julio de 2017

El Factor Figueroa: Las rubias

Hoy desperté muy identificada con nuestra Primera Dama. La vi y pensé “somos como dos gotas de agua”. Bueno, digamos que solo nos parecemos en el nuevo tinte de pelo ‘rubio-gold’, pero son los pequeños detalles los que te hermanan.

Desde que Angélica Rivera y Melania Trump están en Hamburgo -Alemania- sigo atenta sus pasos. Primero, porque soy una ociosa y luego porque quiero estar alerta de cualquier cambio en sus vidas. Dicho en cristiano, estoy pendiente por si se divorcian o estrenan ‘look’.

Por fijada noté que en el club de las primeras damas del G20 se puso de moda ser güera. Lo cual está muy mal, porque Trump -que es un enfermo- va a creer que le están haciendo homenaje. Lo que no sabe, es que las mayores de 40 nos vemos más viejas con el pelo oscuro y/o negro, entonces hay que recurrir a la bonita pintura amarilla en la cabeza.

Hecha la aclaración, sepan que mientras los líderes mundiales discutían sus mujeres se pasearon con el marido de Angela Merkel, Joachim Sauer, que me cae perfecto. Como es el ‘primer damo alemán’ estuvo de anfitrión de las señoras. Es tan servicial que las llevó a pasear en barco para distraerlas de sus esposos, que no estaban de buen humor alegando que si el terrorismo, que si el comercio, que si el cambio climático.

Por cierto, cada vez que veo a la pareja presidencial francesa, pienso “mira que buena onda, Emmanuel vino con su mamá” (el primer ministro, no el cantante). Ya luego me acuerdo que es su esposa Brigitte y le lleva 24 años. Eso sí, se ve a leguas que la edad no ha sido un obstáculo y tienen una vida placentera familiar y sexual (no se rían, esas cosas se perciben). Conozco a una pareja presidencial que se llevan poco años y ni se hablan. Moraleja: mejor que parezca tu abuelita y la dicha sea grande.

Una de mis parejas consentidas es la de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc y Tran Nguyet que parecen hermanos. Que divertido es cuando se mimetizan las parejas (¿o solo a mí me parece chistoso?). Estos podrían ser los Pimpinela, cuando platican parece que están cantando (jajaja perdón, soy observadora) y además ella casi siempre combina el vestido con la corbata de su marido. Corbata azul, vestido azul. ¿Corbata morada? ¡Sí! Adivinaron: vestido morado.

Pero mi gran favorita es la italiana. No me pregunten por qué pero adoro a Emanuela Mauro, la mujer del ministro Paolo Gentiloni. Digo, me cae bien porque es arquitecta y usa pantalones (soy de ideas básicas, ya saben), pero ¡siempre está sonriente! y eso, queridos lectores, es una joya. Se nota que se la pasa bien, que quiere a su marido y que come mucho espagueti -también hay que decirlo-. Uf que alegría.

Los Macri, de Argentina, son un par de guapos. Debo confesar que me da un poco de envidia Juliana, porque ella es Awada y yo, aguada. Pero ya prometí hacer ejercicio cuando terminen las vacaciones. Lo haría desde ahorita, pero estoy ocupada descansando.

Feliz verano, queridos lectores.



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