Un ser viscoso, marrón y en crecimiento vive en mi cocina. Lo alimento con té azucarado que consume vorazmente, y a cambio me otorga –dicen- salud. Los beneficios que se le atañen a la kombucha, bebida fermentada producida tradicionalmente a partir de té y azúcar, son múltiples: desde mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmune, hasta desintoxicar el hígado y prevenir el cáncer. Pero además de lo anecdótico, ¿qué sabemos de la kombucha?
La actividad fisiológica de esta bebida ha sido estudiada por la ciencia exclusivamente en animales no humanos. No existen ningún estudio que consistentemente haya puesto a prueba qué efectos tiene la kombucha en nuestra especie, por lo que sus beneficios son todavía vistos, al menos por la comunidad científica, como disputables.
Sin embargo, esto no quiere decir que no exista evidencia que nos apunta a que algo bueno debe de tener.
El ser viscoso y marrón que vive en mi cocina es en realidad una asociación simbiótica de bacterias y levaduras. Éstas forman una especie de tortilla gelatinosa y cada vez más gorda que muchos llaman el hongo o madre de la kombucha.
Las levaduras fermentan el azúcar presente en el té y lo convierten en etanol, que después es oxidado por bacterias y se convierte en ácido acético. Es por esto que el sabor de la kombucha va evolucionando con los días: al principio es dulce, al cabo de un tiempo tiene un ligero gusto a alcohol, y si ya lleva algunas semanas se avinagra.
Gracias a este proceso su pH se vuelve cada vez más ácido. La diversidad de microorganismos que habitan ahí producen moléculas para alejar a su competencia, por lo que la kombucha tiene propiedades antibacterianas y antisépticas, al menos en ella misma. El “hongo” de mi casa se cuida solito y nunca se infecta de nada, a pesar de vivir en una especie de alberca dulce.
Probablemente lo que mejor señala a que las anécdotas sobre los beneficios de la kombucha son ciertas, no es solamente que estas anécdotas son literalmente milenarias, sino que sabemos que este líquido está abarrotado de probióticos. El impacto que estos microorganismos tienen en nuestra salud es cada vez más impresionante, tanto que pareciera que sin probióticos no podríamos vivir.
Así que si bien no conocemos a ciencia cierta qué hace la kombucha en nuestros cuerpos, sí podemos decir que es una fuente importante de bichos que sabemos, gracias al análisis de otros productos, nos ayudan a digerir, absorber y metabolizar nutrientes, a mantener en raya a otros bichos dañinos, y un largo y benéfico etcétera. El ser viscoso seguirá viviendo en mi cocina.
Referencias
- A Review on Kombucha Tea—Microbiology, Composition, Fermentation, Beneficial Effects, Toxicity, and Tea Fungus
- Tea, Kombucha, and health: a review
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