martes, 8 de agosto de 2017

Sepias macho con disfraz de hembra

El sexo es algo que mueve al mundo, o cuando menos a la evolución. Al pensar en estrategias que tienen los machos para competir por hembras se nos viene a la mente luchas feroces donde quien gana es el más grande y fuerte.

Esto en muchos casos es verdad, pero existen otras tácticas. Hay una en particular que involucra mucha inteligencia, estrategia y un disfraz del sexo opuesto.

El grupo animal con mayor capacidad de transformación corporal son las sepias. Estos animales son parientes de los pulpos y calamares, y pueden modificar su color, textura y forma de maneras impresionantes.

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En una especie de sepias que vive en Australia, los machos la tienen muy difícil. En promedio hay cuatro machos por cada hembra, y en algunas poblaciones esta proporción llega a ser de once a una. Los machos tienen dos morfologías típicas: los hay grandes y los hay pequeños.

Los machos grandes pelean por las hembras, y generalmente están rodeando o merodeando a varias, alertas de la presencia de cualquier competidor. Por medio de un patrón rayado que parpadea en su cuerpo y presumiendo de su cuarto par de tentáculos, desproporcionadamente grande en este sexo, les avisan a las hembras que están listos para la acción. Las hembras por su parte muestran un patrón punteado, y si no están receptivas para la reproducción apiñan sus tentáculos de una manera particular.

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Los machos de tamaño pequeño se ven y comportan tanto como hembras como machos grandes, dependiendo de la situación. En la presencia de rivales adoptan los colores y patrones de las hembras, esconden su cuarto par de tentáculos y apiñan los demás, disfrazándose así de hembras no receptivas. Así los otros machos los confunden e ignoran. Es entonces cuando los machos disfrazados aprovechan la oportunidad para reproducirse.

Su técnica se pone aun más sofisticada. En presencia de varias hembras y un macho, estos pequeños pueden aparecer con una mitad como hembra, y la otra mitad como macho. De esta forma a su congénere engañan, mientras que por el otro lado avisan a sus compañeras que está a su disposición.

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Los cambios morfológicos pueden producirlos de manera instantánea, y dado que ocurren en situaciones muy particulares, se cree que las sepias deben ser muy conscientes del contexto social en que se encuentran. Esto quiere decir que dichos invertebrados tienen la inteligencia suficiente para leer lo que ocurre a su alrededor y actuar en consecuencia, similar a lo que se observa en primates y aves.

Las sepias y sus disfraces muestran además cómo la evolución no se trata de la supervivencia del más fuerte, sino más bien la supervivencia de quien tiene una estrategia mejor.

Para ver un video de las sepias cambiando de disfraz:

Referencias:
Transient sexual mimicry leads to fertilizationFemale Impersonation as an Alternative Reproductive Strategy in Giant Cuttlefish



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