lunes, 10 de septiembre de 2018

¿Aburrirse es suficiente razón para cortar?

¿Estás aburrido como una ostra en tu relación, las cosas ya no te parecen tan emocionantes y no hay ilusiones de pareja? Si respondiste que sí, seguro ya te pasó por la cabeza tronar antes de que la situación empeore. No, no es que tu pareja sea un ente del mal, es más, hasta te cae bien, pero tú ya no te sientes igual. ¿Se vale acabar con todo así nomás porque estás aburrido?

Tú puedes decirle a tu pareja “hasta aquí” en el momento que quieres, total, ya ni para el divorcio se necesita que el otro esté de acuerdo, pero la bronca que te planteamos va más por el lado emocional que práctico.

Saber por qué te sientes así es útil, pero saber lo que quieres que pase a futuro es aún más importante para decidir si haces algo mejor o entierras la relación. Básicamente pensemos que puedes estar en uno de dos supuestos:

Quieres pero no puedes: quieres a tu pareja, sí te gustaría que estuvieran mejor o sentirte diferente en tu relación, pero ya intentaste todo y nada te hace vibrar. Te ves con tu pareja a futuro una vez que salgan de este hoyo.

Puedes pero ya no quieres: te la pasas bomba con tus cuates y el resto del mundo te parece interesante, pero con tu pareja nomás no embonas. De hecho, el aburrimiento puede ser una especie de pretexto para justificar que en realidad ya no quieres a tu pareja. No te ves con tu pareja ni en uno ni en cinco años. Para acabar pronto, ya se te fueron las ganas de echarle ganas y nomás estás esperando a que te corte para no quedar como “el malo de la película”.

Si estás en el primer caso, seguro solo le estás dando vueltas en tu cabeza y ahí no vas a arreglar nada. Obvio no vas y le dices: “contigo me aburro más que viendo una pecera vacía”, porque chance no tiene que ver con el otro. Obvio, no hay una manera de decirlo sin que a tu pareja se le pongan los pelos de punta, pero acuérdate que lo que no se dice se actúa y no más es cuestión de tiempo para que tu pareja lo resienta.

Hay quien dice que “el tiempo todo lo cura”, pero acuérdate también que a muchas cosas las pudre y hasta ahora no he sabido de una relación fría que se recaliente así nomás porque sí. Por eso, junto con la confesión viene la propuesta de solución. Dale a tu pareja algunas alternativas, como ir a terapia, leer un libro, hacer algunos cambios voluntarios y también escucha sus propuestas. No se den por vencidos a la primera, puede que un método no les resulte, siempre vale la pena buscarle por varios lados.

Sea como sea, hablar con tu pareja es una muy buena fórmula para darse cuenta si están viendo para el mismo lado o a lo mejor cada uno tiene planes distintos para el futuro y van remando en sentidos opuestos. El amor cambia con el tiempo y puede que de ahí venga tu aburrimiento. Es como cuando llegas a la ciudad tras manejar horas en carretera: sientes que todo va bien lento luego de ir a 120 kilómetros por hora. Dale chance a tu relación en lo que se adapta a la nueva velocidad.

Terminar una relación no está padre en el momento, pero la verdad es que todavía es peor estar en una donde no te sientes bien y nomás vas flotando sin rumbo.



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