miércoles, 5 de septiembre de 2018

Tu piel tiene sentimientos

La relación mente-piel es innegable y de hecho, ya hay una rama de la psicología que está tomando más en serio este vínculo y que fue bautizada como psicodermatología. La piel siente y tus emociones se reflejan en ella para bien o para mal.

PIEL FELIZ

El doctor Howard Murad, dermatólogo estadounidense y autor de arios libros sobre piel (entre ellos The water solution) dice que el mejor consejo para cuidar la piel es: ser feliz. “Cuando uno se siente feliz, el cerebro libera químicos que estimulan la luminosidad. Cuando no lo estás, la tristeza, inevitablemente, se refleja en la cara”.

La felicidad, según él, tiene un impacto más profundo en la piel por una simple razón: “cuando estás feliz, el cerebro libera neuropéptidos, los cuales dejan una huella benéfica en la piel, incluyendo la luminosidad y suavidad”. Es increíble pensarlo pero es real, ¡todo nuestro cuerpo está conectado!

El amor también impacta nuestra piel (que es muy vascular). Cuando nos preocupamos por alguien con cariño, nuestra piel responde a través de la vasodilatación, lo que hace que se sienta cálida, suave y elástica. Ese calor lo podemos detectar cuando nos acercamos a alguien que nos quiere, aunque no lo toquemos.

PIEL INFELIZ

Nuestra piel no se siente bien cuando andamos hartos, cansados y con ganas de tirar la toalla. Este estrés, que a veces se nos va hasta el cielo, puede ser una de las cosas que más te está afectando. El estrés libera hormonas, entre ellas la del cortisol. Éste nos inflama y desata la cadena del envejecimiento prematuro, que incluye arrugas, líneas de expresión y ¡hasta acné!

Además, cuando estamos estresados lo primero que queremos hacer es meternos a la boca toda la comida reconfortante, que está repleta de azúcar, harinas blancas y sodio. Y si encima caemos en el cigarro y el alcohol, entramos en un verdadero círculo vicioso de inflamación.

Lo que le pasa a tu piel cuando no es feliz y está estresada

Acné: cuando tu cuerpo está tenso libera hormonas de cortisol, las cuales aceleran la producción de grasa, por eso te salen más granitos.

Arrugas: el estrés reduce la barrera lipídica y eso causa que los fluidos en tu piel se evaporen con más facilidad. Por lo tanto, se reseca y te salen más arrugas.

Opacidad: al tener estrés, las células tardan más en llegar a la superficie y desprenderse, por eso las células muertas se acumulan haciendo que tu piel se vea opaca y sin vida.

¿Soluciones?

Medita
Haz ejercicio
¡Duerme bien! (por lo menos 7 horas diarias)
Sonríe
Come bien
Reláaaajate

 



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