jueves, 9 de mayo de 2019

¿Cómo lidiar con una mamá chantajista?

Culpa y castigo van siempre de la mano pero ¿qué pasa cuando la administradora de la culpa es la dulce señora que te dio la vida?, ¿por qué les funciona tan bien manipular así? Porque mientras más estrecha es la relación más posibilidades hay de que se manifieste la culpa.

 

¿Cómo lidiar con una mamá así?

 

1. Dile algo bueno

Aunque te reviente su actitud de víctima, para ella no habrá tiempo suficiente de pagarle todo lo que ha dado por ti, así que suéltale pagos chiquitos con la moneda de tu gratitud. Un comentario bonito vale más que mil culpas: “Ma, amo venir a comer a tu casa. Nadie hace cochinita como la tuya”. Si fue una mamá dedicada en cuerpo y alma a ti y tus hermanos, qué tal un: “Ma, neta no sé cómo le hacías para chambear, educa hijos y estar de buenas: ¡estás cañona!”. Premio al mejor hijo del mundo

 

2. Ponte en sus zapatos

Si ya sabes que se siente por cualquier cosa y no tien pena de decirte que se va a morir sin ti, trata de explicarle que, aunque no estés con ella físicamente apapachándola tooodo el día, es importante en tu vida. YA aprendimos que lo hace por validarse como una buena persona, así que, muy amorosamente, dale por su lado. Si el drama es que no vas a estar en Navidad… “Ma, este año me toca la cena con mis suegros, pero quiero llevar un platón de tus romeritos. ¿Por qué no vengo un día y me enseñas a prepararlos?”.

 

3. Adiós círculo vicioso

Si tú y tu mamá están nada más jugando a la papa caliente con la culpa, ¡dejen de proyectarse! Si se la viven creando culpas mutuas, jamás habrá paz entre ustedes. Piensa qué cosas te dan culpa a ti y empieza por reconocerlas y perdoarte; deja de chantajearte a ti mismo para que empieces a ponerle un alto a quien quiera convertir su miseria en culpa tuya. Por ejemplo: “Mamá, por favor no me reclames si no puedo venir diario a comer a tu casa, no tiene nada qué ver con amor ni ganas de verte”.

 

4. Ya estás grande

No le cantes una y otra vez la lista de tus necesidades a tu mamá porque desde ahí le das entrada para que se tire al drama. Deja de reclamarle cosas que pasaron hace años, como: “Tú eres la que me dejaba todo el día con mis abuelos cuando iba al kínder”. Si empieza a atiborrarte de quejas, ponle un alto y explícale que “cada quien sus culpas”. En cuanto vea que eres capaz de respetarte y resolver tu vida, le va a bajar dos rayitas. Nadie tiene por qué repartir culpas en vez de ocuparse de sus asuntos.



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