miércoles, 7 de septiembre de 2016

El Factor Figueroa: Santa madre

Hay días en los que no pasa nada. O ponle, que no pasa la gran cosa. Y lo poco que pasa, no te interesa lo suficiente para ponerlo en una columna.

Entonces busco en el e-mail y las redes, por si alguien me cuenta algo interesante y encuentro el tema: ¡me confunden con la Madre Teresa! O mejor dicho, con la Santa Madre Teresa.

Para empezar, creo que los equivocados nunca han visto una foto de doña Tere y además ignoran que murió hace varios años. Yo soy más gorda, menos vieja, tengo mucha maldad en el cuerpo y estoy viva. La gente piensa que soy una mujer bondadosa dispuesta a darlo todo: amor, sexo, complicidad, recetas milagrosas para bajar de peso y que escucharé las quejas que tienen de ‘mi’ físico.

Bueno ¡da igual! Como, últimamente solo llegan peticiones las pondré por carpetas para llevar un orden y/o control. En una pondré “Relaciones humanas o carnales”, en otra “gorditos ilusionados”, también “asuntos internacionales”, la polémica “Cambia de peinado o me mato” y, por último, “¡Dinero milagroso! No suena a fraude”. Aunque me falta acomodarlas por orden de importancia. Y ahí es donde me atoro. ¿Cuál será la prioridad?

Tal vez mi folder favorito es “asuntos internacionales”, porque siento que me culturizo con cada mensaje que leo, pero la ambición me jala.

Debo confesar, o mejor dicho, avisar, que si de repente desaparezco y no me leen más es porque soy millonaria y ando por ahí tirando euros y dólares. Sigo aquí porque no he tenido tiempo de hacer los trámites, pero en cualquier rato lo resuelvo. Es que me han llegado muchas cartas donde me informan que algunos magnates mundiales desean donarme parte de sus fortunas. ¡Dios, me siento tan halagada! Es lo bonito de trabajar tanto, que a veces tu fama se extiende por todo el mundo.

Por ahora tengo herencias pendientes de una pareja de Escocia, de la hija de un muerto de Sierra Leona que quiere regalarme un 15 por ciento de lo suyo, una viuda norteamericana (que pronto morirá de cáncer), una enferma múltiple que sigue en pie porque la vida es misteriosa (tiene cáncer, problemas pulmonares y derrame cerebral), de un billonario africano que murió en un avionazo (y quiere depositar en mi cuenta el 50% de sus bienes), de un hindú radicado en Suiza y de un doctor sudafricano que quiere que le ayude a montar un orfanato. Oigan y yo pensaba que solo era famosa en México y sus alrededores: ¡soy mundial!

De momento, estoy evaluando un caso proveniente de Nigeria. ¿Qué me aconsejan? Es que me depositarían una fortuna a cambio de que guarde en un disco duro un par de documentos pertenecientes a la mafia, lo malo es que tendría que borrar algunas fotos mías para hacer espacio y no sé, me da nostalgia.

Luego tengo dos propuestas que vienen en mandarín, así que no sé en cuál ‘file’ acomodarlas. Estoy buscando un traductor para saber qué esperan de mí los remitentes. Ojalá cuando regrese Peña Nieto de Zhejiang anuncie que ahora nuestra segundo idioma oficial será el chino ¡me urge aprender!

Mientras tanto daré curso a los documentos en inglés. Solo tengo que proponérmelo y enviarles la información que me piden como nombre completo, sexo, edad, pasaporte con foto, mis direcciones de casa y oficina y todos mis teléfonos. Pocos requisitos a cambio de la gloria económica. Soy una suertuda.



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