Una pregunta que seguramente todos nos hacemos al menos una vez en la vida es ¿por qué existe la reproducción sexual? Si fuéramos una especie con reproducción asexual muchas cosas serían muuuucho más fáciles. El simple hecho de buscar pareja es un engorro, y no por las complicaciones particulares de la vida moderna.
Biológicamente, el sexo es costoso comenzando porque se necesitan dos en vez de uno, y además energéticamente la creación de células especializadas (óvulos y espermatozoides) es todo un rollo. Entonces, ¿por qué existe?
La Reina Roja de Alicia a través del espejo puede tener la respuesta.
En este libro, Alicia, la misma que la del País de las Maravillas, está dentro de un partido de ajedrez. La mete al juego, precisamente, la Reina Roja, quien al presentársele a la niña, la toma de la mano y comienzan a correr juntas. Corren y corren y para Alicia todo parece estar en el mismo lugar. Finalmente la niña se detiene, cansada, y se sorprende porque efectivamente está bajo el mismo árbol que estaba cuando comenzó a correr. Alicia le cuestiona a la Reina en qué clase de lugar se encuentran, a lo que la Reina responde que están en un sitio donde “Para quedarte donde estás tienes que correr lo más rápido que puedas”.
Y eso mismo ocurre con la evolución. Las especies, al estar en constante interacción con otras, si no se adaptan a los cambios evolutivos que esas otras especies tienen, corren el riesgo de extinguirse. La hipótesis de la Reina Roja describe el proceso evolutivo en donde las especies se dan cuerda unas con otras. Por ejemplo, lo que ocurre con los parásitos y sus hospederos: si el parásito tiene una adaptación para chupar más recursos de su hospedero, el hospedero tiene una mayor presión evolutiva que puede promover que evolucione rápidamente una adaptación para no ser chupado con tanta facilidad; esto a su vez es una presión para el parásito, y así sucesivamente.
La reproducción sexual produce muchas nuevas combinaciones genéticas, lo cual no ocurre con la reproducción asexual. Estas nuevas combinaciones son oro puro, o más bien plastilina pura, para la adaptación.
Se cree que el sexo evolucionó, a pesar de sus grandes desventajas respecto a la reproducción sexual, porque ofrece un mecanismo para que haya más plastilina para la adaptación. Esto permite que la evolución por selección natural ocurra más rápido, lo cual fue de especial ayuda en la defensa contra enfermedades.
Así que la respuesta más científicamente correcta para esa duda existencial después de una noche loca es: el sexo existe porque evolucionó para protegernos de los parásitos. Y, como bien dijo la Reina Roja y probablemente muchos ya nos dimos cuenta, no es algo que nos haya llevado muy lejos, simplemente nos trae a las carreras para dejarnos en el mismo lugar.
Referencia: Red Queen hypothesis supported by parasitism in sexual and clonal fish
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