Yo entiendo que existan personas convencidas de que ellas sí son del equipo de los buenos y que definitivamente transitan por el camino correcto de la vida. Eso está bien chido, la chingadera está cuando piensan que su camino es el único y que cualquier otro es malo y simplemente no debe existir.
La historia está llena de ejemplos de grupos cuyas “buenas conciencias” los obligaron a reusarse a la evolución en la convivencia humana. Por ejemplo, cuando la Iglesia Católica asesinaba y torturada a todo aquel que tuviera un pensamiento distinto al suyo, también están los que aseguraban que la gente de raza negra no podía ni debían de tener los mismos derechos que las personas blancas; o los que afirmaban que las mujeres eran inferiores al hombre. Ir en contra de estas ideologías simplemente significaba el fin de la humanidad. Pero finalmente fue el tiempo el que colocó a esos grupos en el sitio de los retrasados sociales.
Estando a más de la mitad de la segunda década del siglo XXI, la Iglesia Católica nos regala al Frente Nacional por la Familia, un grupo de peculiares personajes que están bien preocupados por las iniciativas presidenciales presentadas el pasado 17 de mayo para reformar la constitución y el código civil y reconocer el matrimonio igualitario y la ideología de género en todo el país, aunque en algunos estados como en Tabasco se hicieron bolas y aparecieron mujeres manifestándose en contra de la equidad de género, eso sí, bien convencidas ellas de que estaban defendiendo a los niños y a la familia.
La Conferencia del Episcopado de México solicitó a todas las diócesis del país que animen a los fieles a acudir a las marchas programadas los próximos días, 10 y 24 de septiembre y exigir que se le retiren derechos a todo aquel que no sea heterosexual, aunque luego dijeron que siempre no, que ellos no están organizando nada, que “namás” van a ir en calidad de ciudadanos. También aclararon que no son homofóbicos, que solamente hacen uso de su libertad de expresión para difundir su mensaje de odio y división.
Por eso mi estimado lector/ lectora, si ustedes están considerando asistir a cualquiera de las marchas que el Frente Nacional por la Familia está organizando, le pido que por favor tome en cuenta los siguientes puntos:
1. ¿Ustedes vieron algún tipo de movilización similar por parte de estos grupos cuando se destaparon los casos de pederastia en la institución católica o con los feminicidios o los miles de desaparecidos? ¿Dónde están las “buenas conciencias” en esos casos? Ahí sí aplica el #NoTeMetasConMisHijos, pero desafortunadamente estas personas tienen tanta moral, que hasta les alcanza para tenerla doble.
2. Habría que explicarle a los distinguidos miembros del Frente Nacional por la Familia, que mientras los heterosexuales se sigan reproduciendo, los homosexuales vamos a seguir existiendo, y que la iniciativa de ley de matrimonio igualitario e ideología de género que hoy rechazan, es la misma que el día de mañana podrían estar celebrando cuando alguno de sus hijos o hijas la usen.
3. Es incongruente la participación de mujeres en estas marchas para alzar la voz en contra de una iniciativa de ley, porque si no recuerdan, en 1953 fue la misma institución católica la que condenó al infierno a toda mujer que cometiera el “pecado” de ejercer su derecho al voto o a inmiscuiré en temas políticos, en “temas de hombres” ¿Quieren ser católicas tradicionales? Pues entonces quédense en sus casas y no se metan en “asuntos de hombres”.
4. Infórmese bien, que no se lo chamaqueen. MENTIRA que la iniciativa de ley proponga que los niños puedan “cambiar de sexo” sin la intervención de los padres de familia o tutores, que vayan a ser obligados en las escuelas a vestirse del género contrario, que serán legales las prácticas sexuales entre niños y adultos, que cualquier hombre que “se sienta mujer” pueda entrar a baños públicos de mujeres.
5. Revise bien su calendario, estamos en el siglo XXI. Los prejuicios de los retrasados sociales no le restan valor a la familia conformada por una madre soltera y sus hij@s, a la de un niñ@ cuyos padres están divorciados, a la de dos madres o dos padres que educan y procuran a sus hij@s súper deseados, o a la de un par de seres humanos que deciden compartir sus vidas sin procrear o adoptar. Yo no estoy a favor de la familia, estoy a favor de TODAS LAS FAMILIAS. Les recuerdo que esto es el siglo XXI. Sin embargo, hay quienes deciden hacer daño simplemente porque alguien aprendió a ser feliz de una forma distinta a la suya. Familia es donde hay amor y apoyo.
Termina su columna y queda convencido de que lo único malo de tener dos mamás o dos papás, es que el día de las madres o de los padres, los pobres chamacos tienen que comprar dos regalos.
from RevistaMoi http://ift.tt/2cKRZiC
via IFTTT Compartido de: www.revistamoi.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario