miércoles, 15 de agosto de 2018

Ante los retos, ¿te encoges?

Los retos tienen que ver con las metas que cada quien se pone, con lo que desea obtener y con lo que está dispuesto a sacrificar o arriesgar.

Pero vamos por partes, pierde el miedo y checa los siguientes pasos que te ayudarán a “hacerte grandote” frente a los retos:

1. TOMA LAS RIENDAS
Renuncia a la manía de preguntarle a los demás lo que deberías de hacer y elige tomar tus propias decisiones. Comprométete contigo, con tu libertad. Cada momento tomas decisiones y es muy probable que lo estés haciendo en automático, guiado por la fuerza de tus costumbres, así que haz una pausa antes de actuar y cuestiónate a ti mismo. ¿Hacia dónde estás llevando tu vida? Lo que estás haciendo, ¿es lo que quieres o es lo que crees que debes hacer? Elegir por ti mismo es actuar desde el poder y dejar ir el rol de víctima.

2. AMOR Y MÁS AMOR
Hay una crítica que es constructiva y otra que te destruye. Algunas personas mejoran observando cada pequeño detalle que hacen mal, se enfocan en sus errores y los eliminan. Este camino funciona, solo que cuando se les pasa la mano la autoestima sufre y de tanta crítica, terminan sintiéndose cucarachas. Así que por un tiempo vas a escoger otro camino para crecer y ser mejor. ¡Es una orden! Imagínate que es un detox para elevar la estima que sientes por ti y para llegar a tu más alto potencial. El ejercicio es muy sencillo: lo único que vas a hacer es amarte.

3. ESTÁS LISTO PARA EL CAMBIO
Cada persona es única y le da un significado diferente a lo que vive. Por eso, una misma situación puede ser fabulosa para una persona y una desgracia para otra. Hay personas que le dan la bienvenida a los cambios, hay personas que los rechazan. ¿Tú qué haces? Obsérvate y aprende. La manera en la que enfrentas un cambio se relaciona con el significado que le das y esto depende 100% de ti. Escucha, siente, observa tus pensamientos ante las situaciones que se presentan y transfórmalos para que le des una mejor bienvenida a lo nuevo.

4. INTUICIÓN on
Ponte en silencio, apaga la televisión, el radio, el maldito celular y aíslate por unos minutos. Desacelera tu cuerpo y tu mente, enfoca tu atención en cómo entra el aire en tus pulmones. Cuando hayas logrado un estado de tranquilidad, escucha a tu corazón; empieza por escuchar tus miedos y dudas. Pon atención a las razones que te da, haz una lista con todo lo que te dice. Date cuenta de que puedes controlar el miedo para dejar de crear inseguridad, luego toma decisiones escuchando a tu propia sabiduría que sabe cuándo debes arriesgarte y qué medidas necesitas para cuidarte.

5. HAZ LO QUE TE TOCA
Solo puedes hacer tu pequeña parte, lo demás suéltalo, entrégalo y ríndete frente a algo más grande que tú. Cuando aceptas que hay una parte que se sale de tu área de control puedes fluir con las circunstancias. Vivir con la ilusión de que todo, absolutamente todo lo que te sucede depende de lo que haces es un acto arrogante.

La humildad es la virtud de reconocer tus limitaciones y tus capacidades reales. Al enfrentar un reto siendo humilde solo haces la parte que te corresponde, aquella que puedes asumir con éxito. En lugar de encogerte, al actuar con humildad te estiras y alcanzas tu potencial.



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