martes, 14 de agosto de 2018

Señales para saber que andas con un inmaduro

Un jueves por la noche suena tu celular. Es tu pareja diciéndote que se siente muy mal. Está en casa de sus amigos, se llevó el coche y si se siente mal es porque se le pasaron las cubas. Tú le dices que se acueste un rato y si se pone muy grave, te llame. A las tres de la mañana llega fúrico, azotando puertas, dando vueltas en la cama. Tú le preguntas qué tiene aunque -por supuesto- ya sabes la respuesta: “no puedo creer que te valiera que casi me muero y no fuiste por mí”.

Y el drama de ese tipo ya es común; que si no contestaste el mensaje, que si mientras veían la peli no le hiciste masajito en los pies, que se quedó dormido antes que tú y ni se preocupó de que tú no podías dormir. ¿Algún parecido con la realidad?

Estas personas también reciben el nombre de “bebé verdugo”. Son aquellas que se comportan como un bebé y como un verdugo a la vez: alguien emocionalmente inmadura con necesidades que tienen que cumplirse inmediatamente y sin regarla. No piensa mucho en los demás, él necesita que lo atiendas y que además lo hagas sin chistar, desde el corazón, sin quejarte.

SEÑALES DE ALERTA 

1. BERRINCHUDO
Si no adivinas qué quiere, cuándo y cómo, zapatea, hace puchero, se pone digna y cuando le preguntas qué tiene, te contesta que no tiene nada.

2. CHANTAJISTA
Su reclamo favorito es que hace todo por ti y a ti te vale. Con tantito que se enoje, te amenaza con sufrir, de una u otra forma, por tu culpa.

3. DEMANTANTE
Quiere atención, toda, todo el tiempo. Quiere tu tiempo, tu disposición y tu amor para él/ella. Si crees que tienes una vida, olvídate de ella.

4. VÍCTIMA
En vez de aceptar sus errores, invariablemente encuentra a quién echarle la culpa, así sea a Mercurio retrógrado o a ti por olvidar llamarle.

¿Qué hacer si estás con una pareja así?
Evita el chantaje emocional:
Pon límites y pídele que respete tu tiempo, espacio y posibilidades. Tal vez te reclame pero va a saber cómo relacionarse contigo de otra manera. Si de plano no lo logra, reconsidera tu relación.

No te responsabilices de sus actos; estás tratando con un adulto aunque actúe como un niño. Tiene que asumir las consecuencias de sus actos, así que no le resuelvas la vida.

Aunque domina tus puntos débiles y ya sabe cómo hacer que dobles las manitas, mantente firme.

SI TÚ ERES EL BEBÉ VERDUGO/ INMADURO de la relación

Reconoce estas conductas y haz cambios conforme las vas notando. Aunque sean pequeños, son necesarios.

Si sientes que tus conductas de bebé verdugo han lastimado a otros, es hora de reconocerlos, disculparte y empezar a cambiar.

Ten paciencia porque las recaídas son frecuentes en esta etapa; pero como buen bebé que está madurando, te levantas y vuelves al buen camino.

Si sientes que no puedes, busca ayuda profesional con un buen terapeuta. Hazlo cuanto antes para que aproveches esta racha de conciencia.



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