Si le preguntáramos a muchas mamás desde qué momento empezaron a querer a su hijo nos responderían, la mayoría, que desde el embarazo; y es que el vínculo entre madre e hijo es uno de los más fuertes y sinceros que existen. No solo porque lo deseas mucho, si no porque toda una serie de hormonas se preparan desde el momento en que tu cerebro sabe que vas a ser mamá. ¿Has escuchado hablar del instinto maternal?
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Las mujeres son el único mamífero que puede decidir si quiere o no tener hijos. Además, con este deseo de tenerlos, viene también la necesidad de proteger y cuidarlos gracias a todas las hormonas que ya te mencionamos en las hormonas del amor materno. Pero no solo actuaron en el embarazo, también en el parto hicieron tanto en ti como en tu pareja lo suyo para que quieras a tu bebé de una manera inexplicable.
En la mujer:
Durante el parto, las hormonas liberan oxitocina que te hace olvidar lo cansada y adolorida que puedas estar para sentir en cambio, mucho placer y emoción de ver a tu bebé por primera vez.
Al momento en que cargas, meces y amamantas a tu bebé la primera vez, tanto tú como él liberan dopamina, lo cuál les da una plácida sensación de bienestar.
En los hombres
Si están acompañando a su pareja en el parto, ellos también liberan oxitocina que los hace más sensibles a las necesidades del nuevo bebé.
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Estudios de la universidad de Kansas señalan que los hombres que son padres son menos agresivos, sexuales y violentos que los que no lo son; mientras que uno realizado en Canadá indica que su nivel de testosterona disminuye. ¿Te imaginas a un montón de hombres solteros viendo videos de bebés siendo analizados por psicólogos? Pues eso fue lo que hicieron para constatar que sus niveles de testosterona bajaron.
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¿Sabías que hasta el 30% de mamás no “se enamoran” de sus hijos al primer momento porque su parto no fue exactamente lo que esperaban? La gran mayoría de ellas estimula el apego los primeros meses desarrollando el llamado “instinto materno”. Algo similar puede pasar si tu bebé fue prematuro o por alguna situación no pudiste tenerlo en brazos desde sus primeros segundos fuera de tu vientre, pero no te preocupes: el vínculo con tu hijo existe. ¿Cuándo fue que empezaste a querer a tu bebé?
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