Los trastornos de la alimentación han ido en aumento, especialmente en los últimos años; siendo la población más vulnerable los adolescentes, esto se debe a que es justo en esa etapa de desarrollo cuando los jóvenes se encuentran en busca de su identidad. Siendo la anorexia y la bulimia los más comunes, pero también se está acrecentando el trastorno por atracón o comedor compulsivo. Pero, ¿qué es un trastorno de la conducta alimentaria?
Se trata de una enfermedad mental, caracterizada por una distorsión de la imagen corporal, lo cual ocasiona un gran sufrimiento al individuo, teniendo pensamientos de insatisfacción constante respecto a la comida y al cuerpo.
La anorexia se caracteriza por restringir al mínimo la ingesta de alimentos, la persona suele hacer ayunos constantes, dietas extremas y realizan ejercicio físico para quemar las pocas calorías que consumen.
En la bulimia, la persona se da atracones de comida, para luego inducirse el vómito a manera de compensar aquello que comió, de igual forma puede intentar hacer ejercicio, debido a la culpa de haberse excedido con la comida.
Mientras que en trastorno por atracón, se caracteriza por una forma incontrolable de ingesta de alimentos, rebasando los límites razonables para la persona.
De acuerdo al sector salud, cada año se registran aproximadamente 20 mil casos de anorexia y bulimia, presentándose en una edad entre los 14 y los 17 años; aunque desafortunadamente esta enfermedad también afecta a niñas, se han encontrado casos de pequeñas de 8 años de edad.
Las causas del desarrollo de los trastornos alimentarios son multifactoriales entre las que encontramos:
Factores biológicos: Hay estudios que indican que niveles anormales de determinados componentes químicos en el cerebro, predisponen a algunas personas a sufrir de ansiedad, problemas hormonales, hipo o hipertiroidismo, perfeccionismo, comportamientos compulsivos. De ahí que sea muy importante realizarse una revisión médica.
Factores psicológicos: Quien padece de un trastorno de alimentación, tiene una percepción distorsionada de sí mismo y de su cuerpo, les cuesta trabajo disfrutar de la vida y logros, tendiendo a minimizarlos y a no sentirse satisfechos. Tratando de manera constante de tener el control de su vida a través de la comida.
Factores familiares: Por lo general en estos casos las personas suelen provenir de familias muy rígidas, perfeccionistas e incluso sobreprotectoras. Donde condicionan el amor si se complace a los padres en sus requerimientos de ser bello de acuerdo a sus patrones.
Factores sociales: Los medios masivos de comunicación desempeñan un papel muy importante, ya que determinan los estándares de belleza que la sociedad debe seguir. Hoy en día el modelo que prevalece es el de la extrema delgadez, el cual observamos en las modelos y actrices quienes son los ídolos juveniles. Asociando a que si se está extremadamente delgado es sinónimo de ser feliz y bello.
Por otra parte, el psicoanálisis menciona que la adquisición de este tipo de trastornos tiene su origen en la relación con la madre, ya que es justamente de ella de quien recibimos el primer alimento, desde antes del nacimiento a través del cordón umbilical y después del pecho materno; por lo que esta primera relación marca la vida del individuo. Muchas madres mandan mensajes a sus pequeños sin darse cuenta de que pueden favorecer la aparición de algún trastorno alimentario. Por ejemplo al decirle a su hija frases como “ya no comas te vas a poner gorda”, “si bajas de peso te voy a querer más”, “las flaquitas son más bonitas”, etcétera.
Como podemos ver, los trastornos son muy complejos, el tratamiento debe realizarse de manera multidisciplinaria, requiere del apoyo de diferentes especialistas como: médicos, psicólogos, psiquiatras, nutriólogos, entre otros.
Cómo vivir con una persona con depresión
Es vital, que si detectas que algún familiar o amigo está pasando por esta enfermedad, busquen un tratamiento adecuado o instituciones que lo proporcionen, es el caso de Fundación APTA (Atención Psicológica de Trastornos Alimentarios). Así que no dudes en solicitar ayuda y sobre todo recuerda “tú vales más que una imagen”.
Por: Adriana Ortiz Barraza, Psicoanalista
Twitter: @AdryOrtiz5
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