Neta no sé por qué a tanta gente se le desmorona el mazapán con las fregadas sombras de Grey. Si el Libro Vaquero tiene dibujitos más cachondos.
Entiendo perfecto eso de que las mujeres no son tan visuales como los hombres y prefieren la sutileza del erotismo a lo explícito del porno, pero ¿no les parece decepcionante que tanto en la saga (50 Sombras de Grey, 50 sombras más oscuras y 50 sombras Liberadas), como en las pelis sea únicamente la mujer la que se desnuda y muestre sometimiento físico, sexual e intelectual? ¿Me juran con la mano en el pecho que no les dan ni tantitas ganas de ver al Grey en pelotas pa’ checar de qué lado tiene la sombra más oscura?
Y no se hagan. Si son fans de la novela o de las películas es porque en el fondo siguen siendo de esas mujeres que sueñan con que un hombre guapo, millonario y cachondón las rescate y las haga vivir aventuras que al mundo asombren. Porque en sus fantasías aquello del empoderamiento femenino solo es un pequeño detalle que no van a permitir que les estorbe ¿verdad?
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De hecho, hay quienes ven a esta novela y sus respectivas cintas como si se tratara de porno coreano del más spooky, ya que, según un estudio elaborado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, ’50 sombras de Grey’ contribuye a perpetuar el problema de violencia de género, concluyendo que Anastasia, la protagonista femenina, sufre de daño emocional a consecuencia de su relación con Christian, el protagonista masculino; ya que sus interacciones como pareja son emocionalmente abusivas, caracterizadas por el acoso, la intimidación y aislamiento. Pero eso sí, la música de las películas es muy buena, eso que ni qué.
Por otra parte, los resultados de una encuesta realizada por la consultora española TNS, mostró que un 30% de las mujeres aseguran haber cambiado su forma de ver la sexualidad tras leer los brincos y jaloneos de Christian Grey y Anastasia Steele. El 60% también aseguró que la historia las ayudó a aprender más sobre sexualidad. El 45% destacó que gracias al libro cuenta con una mentalidad más abierta y el 43% dijo que ahora habla de sexo de manera más espontánea. Pero a pesar de esto, muchos de mis cuates heterosexuales se siguen quejando de que sus esposas no les dan chance repartir una que otra nalgadita a la hora de echar pasión.
En cuanto al inevitable debate en torno a que si el libro promueve la sumisión femenina, un 43% de las encuestadas respondió que accedería a ser sometida, mientras que para sorpresa de varios el 32% sostuvo que ha sido dominante.
Y es justo este 32% el que hubiera marcado la diferencia de la húmeda novela. Qué tal que a E. L. James, autora de la saga se le hubiera ocurrido escribir las “50 Sombras de Griselda”, en donde la protagonista fuera una exitosa empresaria que secretamente también es una experta dominatrix, acostumbrada a hacer que los hombres se arrastren ante los afilados tacones de sus vertiginosas botas implorándole que los lleve a los límites del placer a través de un poco de dolor y humillación ¿Creen que hubiera tenido el mismo éxito? ¿Qué las mujeres hubieran experimentado la misma apertura sexual o que los hombres se mostraran más interesados en la historia?
Acéptenlo, el éxito de esta novela es que se trata de una versión moderna de la Cenicienta. Eso sí, con harta zarandeada, desgreñada y según parece muy buenas chambas.
Termina su columna y se va caminando por la sombrita pa’ no quemarse (más).
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