Estaba leyendo que el portal Women’s Travel Center elaboró una lista de los diez países más peligrosos para las viajeras solas (ponle solteras, viudas, divorciadas, sin novio, dejadas) y en primer lugar aparece la India.
Ay, la India. Ese bonito lugar a donde ésta columnista pasó 20 días sola. Que no se diga que no vivo en carne propia las noticias.
Sinceramente, no era mi intención, pero un error de logística me colocó en el país más alejado de México en los mapas. Sí, sentí que me iban a matar, pero me salve de la violación. Bueno, física, porque psicológicamente estoy segura que el guía me ‘hizo suya’ (ja) un montón de veces.
Se llama Devprakash, pero desde el primer minuto me soltó un “tú dime Dev…” muy ligador. Era mi único compañero, aunque era un confianzudo de lo peor. Un día me agarró de la mano para cruzar una calle peligrosa y ya no me quería soltar. Me hacía escenitas de celos cuando mi novio llamaba y no se me quería despegar. Cualquier loca pensaría “qué lindo, está enamorado de mí”. Eso no es amor, es un “pronto te violaré”.
Cuando llegué a Nueva Delhi me sentí feliz y la autoestima se me elevó a niveles tremendos porque todos -chicos y grandes- me decían “bonita, eres bonita” y algunos hasta me contaban que conocían a mi paisana Salma Hayek. El susto me entró a partir del segundo día porque los desconocidos me invitaban a cenar a su casa. Al principio debo confesar que a mí el estómago me pierde, entonces dije ‘uy, seguro cocinan delicioso y no hay mejor manera de conocer la cultura de un pueblo que con los lugareños’, pero ya cuando les vi la cara de locos corrí…¡qué cultura ni qué su santa madre!
Además, la noticia de moda en televisión era que la policía quería atrapar a un gurú mega famoso de 75 años por violar en promedio a 5 mujeres diarias. Sí, ya no se puede confiar en nadie.
He visto tantas series policiacas, que adopté la técnica “haz amistad con el malechor”, para evitar ser lastimada. Entonces, cada vez que iba en carretera con el guía y el chofer, me portaba encantadora. Claro, por eso luego el muy cabrón ¡se quería casar conmigo! Es que de repente hablaban entre ellos, se reían y me veían por el retrovisor. Ay nanita, creo que se estaban organizando.
Eso sí, muchos de ellos creen en el matrimonio, no solo en el acoso sexual. En Benarés conocí a Nuria -una queretana divina a la que me unió el destino- y me contó que unos hindús la invitaron a una boda, pero no le avisaron que ¡la novia era ella! (jajaja, claro, ahorita ya nos morimos de risa con la anécdota).
Pero, como les iba diciendo el primer lugar lo ocupa la India por su famoso hostigamiento. Lo bueno, es que está hasta el otro lado del mundo, lo malo, que México aparece en el segundo puesto del ranking maldito por todas las denuncias de violencia de género.
Sí, tenemos la peor fama y en plenas vacaciones. Ahora cada vez que una turista venga pensará “pues allá voy a la tierra de los salvajes, machos, acosadores y nacos que no saben respetar a las mujeres”. Meditemos en eso antes de ir a dormir (está canijo, ¿no?).
Bueno, no quiero asustar a nadie. Pero, lectoras queridas, si les entran las ganas de libertad e independencia viajeras tengan mucho cuidado en Honduras, Brasil, Egipto, Kenia, Colombia, Arabia Saudita, Turquía y Venezuela.
Y no dejen de visitar la India porque la verdad es un sitio fantástico. México también. Escribe la columnista con pena ajena y tristeza profunda.
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